La estética de resistencia contra el olvido y el silencio

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Guanajuato, Gto. 19 de octubre de 2014.-En medio del olvido y el silencio, los gritos callados de  imágenes mudas, envilecen la sensibilidad de los gobiernos y una gran parte de la sociedad del resto del país, que no es del norte y que desconoce la historia terrible de las víctimas, las desaparecidas de Ciudad Juárez y Chihuahua.

La exposición está ubicada en Plaza de la Paz (Foto: Archivo)
La exposición está ubicada en Plaza de la Paz (Foto: Archivo)

En esta edición 42 del Festival Internacional Cervantino también están presentes sus historias a través de la muestra fotográfica, Sueños Robados: Las desaparecidas de Ciudad Juárez Chihuahua, de la fotógrafa Mayra Martell, (Chihuahua, 1979).

Montada en las rejas de la Basílica Colegiata de nuestra señora de Guanajuato, la muestra  “aborda la invisibilidad de de quienes apenas quedan las pocas pertenencias que dejaron, señal concreta de su origen social”, anota la curadora de la exposición, Ingrid Suckaer.

En esta exposición se impone la ironía, porque a pesar de que es la más amplia galería callejera que tiene la ciudad de Guanajuato, es la que menos llama la atención del público cervantino más preocupado por no perder detalle de los movimientos del mimo que se ofrece su espectáculo a medio día, o en la tarde donde su mirada se centra en alguno de los personajes de Shakespeare en las piezas que se montan en la Plaza de la Paz.

Las asesinadas y desaparecidas de Ciudad Juárez se empezó a documentar en 1993 y 8 años después se extendió a la capital del estado, Chihuahua. La muestra que retrata las recámaras o detalles de sus habitaciones o sitios predilectos en sus casas, ya estuvo antes a la vista al público de Quebec y Eslovenia bajo el título Retrato utópico de la identidad y ahora llega a Guanajuato, como parte de eje temático Fronteras.

Más allá de la frialdad implacable de las notas policiacas en la que se da cuenta de cada desaparición, como si fuera un acto de magia, llega esta exposición donde se muestra la contundencia de la ausencia, la persistencia de la memoria y la terrible soledad, de un espacio en una casa que sigue esperando a su habitante.