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Turistas y amores en Guanajuato

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(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

Ser turista en Guanajuato es toda una aventura. Una experiencia única y relajante ir a sentarte en el Jardín Unión en donde pareciera que el tiempo no pasa, que se detiene en cada caricia que el viento frío que baja de la sierra, se cuela por los árboles, te da en el rostro.

A mí siempre me confunden, creen que soy turista y ya sabes: que si quiero hotel, que si quiero ir en el busito a conocer la ciudad, que si me gustaría conocer las momias, los templos, la Valenciana, El Pípila, los Museos (Diego Rivera, la Alhóndiga, el Museo del Pueblo, etc.), en fin, siempre la oferta existe porque la demanda es permanente. Todo el año nos visitan y por ello, los habitantes dedicados a ese rubro se dan a la tarea de hacer de todo lo posible por que el turista se vea recompensado en su experiencia al visitar Guanajuato.

Ahora con el 42 Festival Internacional Cervantino, que inicia este próximo miércoles 8 y termina el 26 de octubre, se tiene que hacer una labor titánica para poder atender a los miles de visitantes que llegan cada día. Así que veremos la nueva modalidad: estatuas vivientes en las plazas con quienes puedes tomarte fotos, todo por un módico precio, esculturas de artistas de la talla de José Luis Cuevas. También puedes ir a El Pípila en el funicular y llegar a tomar fotos de la ciudad que enamora con su barullo de gente que aunque el idioma no comparten, sí la experiencia de estar aquí, cerca de la cultura popular y de los eventos artísticos que proyectan a Guanajuato como uno de los mejores destinos turísticos en el mundo; por ello, es una ciudad cosmopolita. Cada momento que vivimos aquí es ver un mosaico de diversidad cultural, estampas de la vida minera, de la vida coloquial y colonial.

Guanajuato es símbolo de trascender en el tiempo: es arte, cultura, artesanía, leyenda, mineros, religión, fantasmas, la Llorona, callejones, cerros, ríos, insurgencia, romería, rondalla, estudiantes, maestros, coros, sinfónica, callejoneadas, incienso, fiesta, salsa, rock, bebida, plazas, arte callejero, Muerte en cartelera, Festival de Cine de Terror Aurora, Festival de Cine Giff, Publívoros, teatros. Amamos Guanajuato y como quien ama se transforma, como cualquier materia, en esta ciudad hay amor para dar por montones. No pienses mal. Aquí nadie es infiel, no hay que creer lo que la gente cuenta, aunque en el libro El galano arte de leer se lean versos como: “Amor para uno solo/ y banqueta para dos / no se hallan en Guanajuato / ni por el amor de Dios”. En esta ciudad la infidelidad —dicen— es puro mito que se crea, se recrea y se destruye, no sucede —no hay de dejar pistas—, se cambia de amores, y tan saludadores y sonrientes como siempre. Aunque una cosa sí es cierta: hacer el amor en Guanajuato es como antes: te llevan serenata, te cantan al oído, te dan flores, te enamoran en las noches mágicas de la ciudad de luz. Eso sí, eso de las serenatas algunas veces ya se dan por teléfono, por Skype, por Facebook o hasta te suben el video en Youtube con el nombre de la favorecida en amores. Lo romántico es parte de esta vida bohemia de cantos nocturnos y bebidas espirituosas, en compañía de tu objeto u objetos del deseo. Es sentir que la vida vuelve en cada momento con él o ella, con la compañía de cada uno de los amores que se tejen en tu vida como un manto. No, si el amor es canijo, se cuela por las ventanas, por las plazas, por la subterránea que es el escenario perfecto al igual que los callejones, para un rapidín de amor de lechuguita: sólo levantando las faldas, para dar rienda suelta a la pasión.

Así, para compartir experiencias, la vida amorosa aquí y el amor que se ve que pone cada guanajuatense en lo que hace, tienes que visitarnos, igual y te enamoras de la ciudad o de alguien. El amor ronda en el aire y se acompaña con juegos de luces y cantos para ti. El Cervantino es la máxima gala de esta cosmopolita ciudad. Ven, ama, lee y anda en Guanajuato.