Siento que hoy puedo escribir cualquier cosa, que cualquier pensamiento puede quedarse aquí conmigo, hasta lo más obscuro de la noche, dando luz a mis recuerdos y haciendo sombra en mi presente. Creo que solo me pongo a recordar cosas por las noches, para no perderme así de la luz del día.
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Hoy me doy cuenta. Hasta hoy me doy cuenta. Y duele. Pero lo volvería a hacer ya sin dedicarte tantas letras, tantos pensamientos, tanto de mí. Algún día volveré a sentir porque hoy solo tengo frio y ganas de seguir acostada. Con el silencio y el agua salada de mis ojos donde muere la esperanza. Sintiéndome triste, infinitamente, hasta dormirme con ese dolor, hasta despertar en otro día. Ojalá tenga otros ojos.
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Hoy otra vez sucedió lo mismo. Nunca eres tú.
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Cerré los ojos un momento y sentí. Escuché el silencio y el ruido parecía más ruidoso aún. Sentí el espacio vacío y la presencia de todas las cosas se intensificó. De pronto, mis pensamientos se quedaron en silencio y en la obscuridad hubo una obscuridad mayor, un hoyo negro que me tragaba. Después nada. Abrí los ojos con un sobresalto y fue como volver a nacer.
