La novedad: el H. Ayuntamiento sesiona para concesionar el alumbrado público que, en este año (con eso de las modificaciones al DAP), le ha pegado de manera espantosa a las arcas municipales (eso dicen). Sin embargo, puede ser una solución, pero solo si está bien estudiada y con la plena conciencia de beneficiar al municipio y no de hacer negocio, ya que las famosas concesiones que ha habido nos han dado un chasco, desde la concesión de la muestra itinerante de las “momias viajeras”, pasando por la concesión de la basura, los baños públicos y vaya a saber usted qué más. Todo ha acabado en pleito, por ejemplo, la empresa regiomontana, que se encargaría de los baños públicos se fue y dejó un adeudo con SIMAPAG.Y bueno, ahora con esto del alumbrado público, en esta ciudad de romance donde tenemos muchos títulos, como la ciudad de las sombrillas, ahora será la capital de las concesiones.
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Contra problemas, “concesiones”
esto se pone del cuerno
¿si así son las soluciones?
¡Concesionemos el gobierno!
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En realidad, el gobierno está concesionado a un grupo de personas que pertenecen a una institución o varias, y se les paga por permitirles que nos gobiernen para nuestro bienestar, lo que no debemos permitir es que el panadero, carnicero, lechero o cualquier prestador de servicio nos venda pan o carne echada a perder o nos brinden un mal servicio. Si pagamos por ello, debemos exigir calidad para nuestro bienestar y no llevar a nuestras familias productos o servicios de mala calidad o descompuestos; esto, sin decir nada de su procedencia lícita o ilícita o bien por oportunismo.
