Histomagia

Inundaciones

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La Venecia de por aquí, eso se dice de Guanajuato cuando las olas se vierten en la calle subterránea en pleno verano o cuando a la naturaleza se entusiasma y manda, a esta zona semiárida, unas lluvias torrenciales sea la estación del año que sea. Así que cuando las inundaciones acompañan y retoman de nuevo su cauce original que constituye la Calle Miguel Hidalgo o Subterránea —porque recordemos que esta calle fue un río caudaloso que los habitantes del primer Guanajuato utilizaban como recipiente de sus despojos diarios—es tal el caudal que llega a impresionar a propios y a extraños porque, en verdad, en Guanajuato es un privilegio ver el agua correr o estancada.

(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

De las primeras inundaciones que se tiene registro fue la de 1905 en donde, según Joaquín G. y González, tal impacto tuvo que se dice desaparecieron barrios enteros. De hecho, ver las fotografías de esos momentos explica el porqué del otro Guanajuato enterrado: hubiera sido imposible reconstruir ante tal desastre natural. Sin embargo, este historiador también señala que la ciudad ha sido asolada por inundaciones desde la época Virreynal.

Me cuenta un amigo que cuando él era joven, en plena construcción y adoquinado de la Calle Nueva actual Calle Subterránea, hubo una tormenta que arrasó con todo el material de construcción y que él vio a un niño ahogado “como dormidito”, dijo, porque las lluvias en esta ciudad vienen por almas, me dice.

Otro amigo, ya en épocas más recientes, me dice que hace como 10 años hubo unas terribles lluvias tanto que las aguas eran furibundas y tan salvajes que a él le tocó quedar atrapado en su carro ahí por debajo del Jardín Unión. Dice que no creía que su carro se pararía por el agua, pero así fue: se quedó durante una hora, solo, a oscuras y sintiendo como el agua se metía poco a poco en su auto. Me cuenta que no tuvo miedo por el carro, sino porque era el carro de su esposa y que ya imaginaba, si no salía de ahí, lo que le iba a decir.

(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Dice que después de verse solo, a la deriva, vio cómo un camionero se subió otra vez al camión que estaba detrás suyo, lo que él aprovechó y logró encender el auto por el cauce abierto que hizo el autobús al moverse, así que  lo que hizo fue orillarse y subirse por un lado de San Diego, y salir.

Dice que cuando ya se vio a salvo, su cuerpo temblaba de manera incontrolable, tanto que tuvo un pequeño choque con otro auto, pero sin consecuencias. Mi amigo cuenta que luego siguió su camino y, cerca de la Alhóndiga de Granaditas, paró el auto y con un botecito sacó el agua de su carro y evitar que su mujer se diera cuenta de lo acontecido. No cabe duda que el miedo fue más a su mujer que a lo que le pasó, pues dice que ella se percató del lodo en el carro y fue de la manera que le platicó lo que le había acontecido. Increíble.

Como ves, infinidad de narraciones dan forma a esta ciudad tan imponente, tan arquitectónicamente hermosa que presenta diversidad de estilos de construcción y una obra de ingeniería es sin duda la Calle Subterránea. Pero no me creas, ven, lee y anda Guanajuato.

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Imágenes tomadas de: http://marcofabr.blogspot.mx/2013/05/la-inundacion-guanajuato1905.html