El Laberinto

La peligrosa uniformidad

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(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

En el episodio de La dimensión desconocida “El ojo del observador” estrenado en 1960, nos encontramos ante el caso de una mujer cuya fealdad asusta al resto y no le permite trabajar ni llevar una vida normal.

La trama trasciende los confines de lo estético cuando en el hospital le hacen todos los tratamientos posibles, sometiéndola a un gran sufrimiento, para que se parezca al resto, pues de no conseguirlo estaría obligada a vivir en el exilio junto a personas de su misma condición. Su individualidad en este caso se convierte en una cuestión política.

Podrá parecer una locura solo posible en la ciencia ficción que un gobierno intervenga en asuntos tan personales como la apariencia física, porque en nuestro mundo esto es más bien terreno de los medios de comunicación que imponen un modelo único de belleza, pero imaginemos que la protagonista vive una situación similar por pensar diferente y veremos cuánto se acerca a la realidad.

La uniformidad como discurso político tiene una explicación, porque dentro de un territorio dotado de diversidad, la fracción al mando debe mantener la unidad a través de la oficialización de ciertos rasgos culturales e ideológicos, que tienen como propósito dotarnos de una identidad común.

Esta identidad se torna peligrosa cuando se convierte en una condición para la obtención de derechos, porque genera la anulación de aquellos que ostentan las diferencias, ya sea a través de la exclusión, la transformación obligada o incluso la muerte.

En el único ámbito en el que debemos perseguir y erradicar las diferencias es en el de los derechos ahí todos tenemos que ser iguales sin importar las diferencias.