El Laberinto

La esclavitud

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MONTAJESorprendente es, sin duda alguna, el caso de la mujer que pudo escapar del violento y explotador cautiverio al que la tenían sometidos los dueños de una tintorería, en plena ciudad de México pero me es desconcertante cómo han reaccionado los medios de comunicación mostrando su indignación ante estos hechos.

Recordemos que por definición la esclavitud es la situación en que una persona es propiedad de otra, con fines productivos y con orígenes tan poco gratos como el ser conquistados o el estar demasiado endeudados, este título de propiedad conlleva que se trata de un bien al que hay que cuidar, por lo menos alimentarlo y dejarlo descansar para que sea redituable, hay que pensar que debe ser perjudicial, económicamente hablando, actuar contra tu patrimonio.

Actualmente existen formas de explotación que no requieren poseer a las personas que trabajan para ti, pues esto conlleva compromisos y posibilidades de pérdida, la tendencia es, más bien, no dejar que hagan antigüedad, cerrar las posibilidades de ascenso, sacarles la mayor cantidad de horas por el mínimo dinero, no ofrecerles ningún tipo de prestación y reemplazarlos cada cierto tiempo, en estas condiciones si mueren de hambre, de enfermedades o si algún día deciden ya no trabajar solo basta poner un letrero y elegir a la siguiente víctima.

Es interesante pensar como esto no asusta a nadie, pues no implica castigos físicos, más allá de las largas jornadas de trabajo, ni privación formal de la libertad, solo la falta de días de descanso y la reducción de opciones por el corto presupuesto, pagar las cosas a plazo y no tener seguro nada nunca. Es increíble como la ausencia explicita de violencia nos hace pasar por aceptables relaciones que no tienen nada de bondadosas.

Antes de asustarnos por lo atípico, que no lo defiendo pero no es lo común, deberíamos de pensar un poco en qué tan espantoso puede llegar a ser lo que consideramos normal.