Histomagia

Seres de oscuridad y luz

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puerta en el interior de casa en paseo de la presa (Art Nouveau) PMGuanajuato es una ciudad de energías diversas que llama la atención a diversos seres tanto de oscuridad como de luz. Visiones diversas: ángeles, duendes, hadas, brujas, sombras que caminan,  muertos que se suben conjugado con el escalofrío y el  miedo incontrolable a prender la luz pues te quedas paralizado pensando en dónde has dejado el Agua bendita para poder contrarrestar a dichos espantos, es realmente una experiencia inolvidable.

Estas experiencias pueden provocar burlas de quienes no han vivido el estar en tu casa y con el rabillo del ojo “ver pasar a alguien” aunque vivas solo, o de repente el ver cómo empiezan a subir a tu cama, principalmente por las noches, para dejarte un mensaje o de plano paralizado lo que comúnmente se conoce como “la subida del muerto”, vivencias con seres desencarnados, vivencias con seres naturales o elementales como duendes, hadas, salamandras, etc. También está el otro lado: el ver salir de tu altar energías de luz pura, voces de seres que te alertan de alguna amenaza, y que están para cuidarte. Esta es una ventaja que ayuda a luchar contra el mal.

Cuentan que muchos de los seres de oscuridad utilizan como contenedor a muñecas o peluches porque representan posibles maneras de seguir en este mundo al no darse cuenta que este  ya no es su lugar, ya o es su plano de vida. Muñecas que hablan, que se trepan en la cama por las noches, que caminan o se cambian de lugar, que giran su cara cuando estás frente al espejo, son parte del imaginario social.

El asunto cobra tintes macabros cuando tú decides deshacerte de ellas tirándolas a la basura, dejándolas en otro sitio lejos de tu hogar, o regalándolas, pero ellas regresan a tu casa como si nada. Es una sensación de escalofrío, te quedas sin palabras, y el miedo de saber cómo, quién, es algo que no te puedes explicar.

Se dice que estas energías oscuras buscan objetos del afecto de alguien, es decir, las muñecas son depositarias del amor de las niñas, por ende, estos seres de oscuridad quieren dicho afecto absorbiendo esta energía para poder manifestarse. También puede ser que la energía negativa circundante de la casa precise recipientes o contenedores de ese mal.

Un amigo mío, pintor célebre de Guanajuato, me contó que él llegó a ver a una de las muñecas que tenía y heredó de su madre, que se movía, caminaba, cómo sus ojos se movían al seguir su trayectoria; dice que sentía un frío descomunal y el colmo era que, cuando él estaba cerca, la muñeca buscaba su mano, supongo que para evitar sentirse desamparada. ¡Qué miedo!

Otro amigo contó alguna vez, cómo un día llegó tan cansado de trabajar que no alcanzó a llegar a su cama y se le hizo fácil quedarse en la cama de su hermana que había ido a una fiesta. Tomó uno  de los peluches gigantes que estaba en la cama para abrazarlo y quitarse el frío y, de repente, sintió que alguien lo miraba, lentamente abrió los ojos y vio que la osa que abrazó lo veía. El miedo se acrecentó cuando ella le dijo: ”¿Qué me ves?”. No, patitas pa´que las quiero. Mi amigo salió corriendo a su cama. A la mañana siguiente, le contó a su hermana lo sucedido. Nadie le creyó. Cuenta que hasta la fecha, su hermana conserva esa osa que lo sigue con la mirada cada vez que se acerca a esa recámara.

Historias como éstas son las que oyes de boca en boca, y de vez en vez aquí en la ciudad. Ojalá cuando estés acá puedas escucharlas o igual y ves caminar a una muñeca que te hable y busque tu mano para no sentirse solita.  Pero no me creas, ven, lee y anda Guanajuato.