El Laberinto

Los invisibles

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COMIDA Chef EspecialEn la película de “El pianista” de 2002 el protagonista pierde una oportunidad de salvación durante el holocausto porque el hombre que le iba a prestar su ayuda descubre que, a pesar de haber trabajado durante años juntos en la radio de Varsovia, el músico no lo reconocía. El técnico en audio era un hombre invisible debido a su posición laboral, frente a un pianista famoso y atareado.

Este es un caso extremo pero nos da para la reflexión, ya que diariamente convivimos por unos segundos, minutos o hasta horas con personas a las que ignoramos magistralmente, por dar algunos ejemplos este puede ser el conductor del camión, el taquillero del cine, el vigilante de algún inmueble que frecuentamos, la mesera que nos sirve el café, el vecino y largo etcétera.

Existen dos formas de quebrantar esta invisibilidad, por la buena a través del saludo, las gracias, un halago cuando hace bien su trabajo, consideración cuando las circunstancias le son adversas y en general un poco de empatía y consideración o por la mala cuando algo sale mal y entonces le ponemos atención tan solo para reclamar, insultar, exigir o pedir ayuda, si llega por la segunda vía es muy probable que nos encontremos con una persona enojada a la que nuestros problemas, en el mejor de los casos, le importaran muy poco y en el peor, se le presentarán como una oportunidad de venganza,

No insinúo que debemos intimar y hacer amistad con todas las personas que encontramos en nuestro frenético trajín diario, pero no cuesta nada intentar  hacer su día más agradable y además por experiencia propia les puedo jurar que es contagioso, pues los siguientes en ser atendidos reproducen el ejemplo.

Recordemos que no hay posiciones insignificantes, que todos los trabajos importan y hacen que las cosas en general funcionen y más allá del sentido práctico de esto, como recibir ayuda en algún apuro o un buen servicio, está la cuestión de que son personas, ese argumento debería bastar.