Histomagia

Casa azul, casa roja, niebla y sombra…

Compartir

Embajadoras es una parte que se distingue por su algarabía diaria, pues entre las mercaderías, los niños y la sombra de sus grandes árboles, hacen en conjunto, un ambiente tan amigable que te gusta estar ahí, viendo la vida pasar. Eso es de día, porque de tarde o de noche, algunos seres deciden salir y aparecer para poder reconocerse en esta dimensión como algo o alguien que sigue existiendo pese a ya estar muertos. Guanajuato es sin duda una de las ciudades que logran efectos tenebrosos en cuanto se va metiendo el sol.

Imagen3Mi amiga Paulina vive en una casa que está en pleno Embajadoras; ella cuenta que en realidad no es una casa de la que son propietarios sus padres, sino que tienen dos casas contiguas que desde siempre le han pertenecido a su familia. Ella relata que se distinguen por ser hermosas por fuera en su arquitectura, pues ya son antiguas, y también porque predomina en cada una de ellas un color peculiar: en una es el rojo y en otra es el azul, Pau y su familia habitan la azul. El asunto es que la otra casa, como está sola, a veces la utilizan como espacio de grupos de estudio o asesorías académicas, por lo que cuenta con un sistema de video-vigilancia, así que es muy común que corroboren a diario que no hay novedad, que la casa sigue sola sin intrusos.

Una de esas tardes-noches en que había un grupo de asesores en esa casa, ella estaba observando el video en vivo de lo que sucedía: un amigo despidiéndose de alguien. De pronto, en la pantalla ve cómo de una esquina de la habitación filmada, sale lentamente una espesa niebla que cubre todo y a todos, ella le marca de inmediato a su amigo para decirle lo que está viendo en el ordenador, él contesta el teléfono, voltea hacia la cámara y la mira de fijo con extrañamiento y negando con la cabeza, encogiendo hombros, con una sonrisa esbozada en su rostro de lo que al otro lado de la pantalla le decían. Pau desesperada, le habla con decisión y le dice que sí es cierto, que no está bromeando y, de repente, sin caber en su asombro, ella ve cómo de la esquina, detrás de su amigo, surge una sombra que de a poco toma forma de silueta humana, ella grita de espanto y le grita con todo su ser, pero es inútil, su amigo no la escucha por la fuerte interferencia que hay en el teléfono, él sigue en la casa roja viendo hacia la cámara sacudiendo el teléfono, poniéndolo una y otra vez en su oreja para saber qué está viendo Paulina del otro lado…ella dsfya en ese momento está estupefacta, ve como la sombra crece de una manera tan descomunal que quiere envolver en sí misma a su amigo, grita más  fuerte con la esperanza de que la escuche, pero sabe que él no la escucha, que él está en un peligro inminente ante ese ser que él no ve, pero que en la pantalla de video está clarísimo: lo quiere a su lado para siempre, para llevárselo, para absorber su energía vital, su alma. Su amigo, ya en el colmo de la desesperación, sale de la casa roja para ir a la casa azul, ver a su amiga y saber qué pasa a ciencia cierta, a que le cuente lo que está pasando, lo del porqué le hablaba con tanta desesperación. Llega de inmediato, Pau lo abraza y le indica con el dedo la pantalla, su amigo voltea lentamente hacia la computadora y ambos ven con horror, cómo la sombra enorme se disuelve en un instante entre la niebla y regresa a esa esquina, donde ahora debe de estar esperando a que alguien más llegue para apoderarse de su alma; de esa esquina en la que su familia espera jamás salga. Las casas siguen en las mismas funciones, y sí, Pau dice que la niebla surge, pero como no hay personas por las madrugadas, la sombra se abstiene de salir, no encuentra ningún alma que robar.

Ahora que ya nos contó está historia, mi amiga nos invita a su casa azul, pero no, yo no quiero ir ni a la una ni a la otra, no quisiera vivir esa experiencia de estar a la espera de la aparición. Muero de miedo de tan sólo pensarlo, pero sé que tú no, que tú quieres vivir el otro lado críptico y mágico de esta ciudad, por eso ven, lee y anda Guanajuato.