Aprendiendo de la profesión

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Comparar la vida de estudiante con la vida de trabajador sería un error muy grande, puesto que son polos opuestos.

Ahora en el ámbito laboral, puedo descubrir “el otro lado de la moneda”, y entender por qué la gente se queja de la falta de sueño y por qué viven más estresados felices.

Sin embargo, yo soy fiel a la frase “si amas tu trabajo no cuesta nada”, y eso es totalmente verdad.

Desde que inicie en este nuevo mundo, tuve la oportunidad y la fortuna de comenzar de ejercer en mi propia profesión, suerte que no muchos tienen al egresar.

En seis meses he aprendido más en el lugar de trabajo, de lo que pude aprender en la universidad.

No mal entiendan, la escuela me forjó para saber y conocer lo que quería y a lo que deseaba ejercer hasta que me jubile, pero ya en el entorno he podido apreciar lo que tantos maestros y profesionales me decían e ignoraba.

Mi trabajo actual es multitareas, desde salir a reportear y perseguir al funcionario para conseguir la nota, hasta interactuar con la gente para conocer de los problemas que se viven.

Al mismo tiempo, lucho por hacer Social Media, que es el manejo de información en redes sociales. Juntar todo se escucha a imposible.

En tan solo seis meses he podido ejercer diversos puntos de mi carrera, los cuales me han hecho más fuerte, más consciente, capaz, audaz y profesional.

El mundo laboral es una selva infinita que seguiré explorando por mucho tiempo, porque amo mi profesión de comunicóloga y porque me encanta exigirme más de lo que sé que puedo ofrecer.

Los invito a seguir sus metas y no dejar atrás aquellos planes que tenemos en la mente, porque si los exteriorizamos, se hacen realidad.