El Laberinto

De futbol y el mundo

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(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Era el verano de 1998 y como ocupación para las vacaciones mis tíos Montse y Carlos nos regalaron a mi hermano y a mí el álbum la Copa del Mundo que ese año se celebraba en Francia, tal vez de tanto ver aquellas caritas multicolores y canjear las estampas repetidas es que nació en mí un interés enorme por dicho deporte.

Puedo decir, sin temor a equivocarme y sin exagerar, que el futbol puso el mundo ante mis ojos, que aquellos países que tanto me machacaban en las clases de geografía de pronto tomaron forma viendo la fisonomía, actitud y nombres de sus jugadores; sus símbolos patrios con himnos y banderas; sus relaciones con el resto al conocer las rivalidades y su identidad a través de los aficionados que suelen tomar lo más llamativo de estas para animar los estadios con disfraces, canticos y pancartas.

Vamos aún más lejos, en los partidos aprendí sobre colonialismo al ver a la selección francesa con sus jugadores provenientes de los territorios de ultramar, de autodeterminación cuando debutó Croacia, de migración al distinguir entre la uniformidad de los jugadores a alguien que no coincidía con el resto, de historia por el origen de las rivalidades en la cancha y por los nombres que les dan a las escuadras durante las transmisiones, como cuando llaman azteca a nuestro seleccionado y de igualdad cuando descubrí que lo único que importaba para que alguien fuese un ídolo era su capacidad con el balón, no su origen, físico o color de piel y que los equipos pequeños podían ganarle a los grandes.

Además de ser un reflejo de la realidad, el futbol me enseñó algo más: el mundo de las posibilidades, dentro de los noventa minutos que dura un juego puede suceder de todo, un cambio a tiempo puede hacer la diferencia, el exceso de confianza o el miedo marcan resultados, el colectivo es mucho más grande e importante que la suma de las individualidades, el apoyo de la tribuna hace verdaderos milagros y nada está dicho hasta el silbatazo final, aun con el marcador en contra.

Respeto a los que no disfrutan como yo de este deporte, pero si alguien les dice que solo sirve para distraer a las personas sobre la realidad del mundo, o no sabe nada de futbol o no sabe nada del mundo.