El Laberinto

Líos magisteriales

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(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Con respecto al complejo problema magisterial que se vive en estos días, me sorprende la cantidad de noticias que se pueden dar sin informar nada en realidad, es decir se exhibe la violencia, se mencionan las acciones y los lugares donde acontecen pero no existe un verdadero acercamiento a las demandas, al malestar o al fondo de la reforma, lo mismo ocurre en las redes sociales donde se muestra desaprobación o simpatía olvidándonos que lo que vemos es solo la consecuencia de aquello que no se dice.

La reforma educativa de 2012, como el resto de las reformas de esta índole, nace como respuesta una crisis social y la mayor parte de sus apartados actúan sobre las condiciones laborales de los profesores, culpándolos intrínsecamente del fracaso del sistema completo y buscando que cubran con aptitudes individuales las carencias de los planes de estudio que se cortan y amplían a discreción; los planteles que muchas veces no alcanzan ni siquiera a garantizar la seguridad de los educandos y los cambios inconclusos, como aquella norma que impide que los alumnos de secundaria sean suspendidos pero no contempla la asignación de un espacio ni la contratación de personal para mantenerlos castigados.

Por si esta presión institucional no fuese suficiente, el desprestigio se ha generalizado, ahora si un alumno fracasa académicamente se le atribuye al profesor, su autoridad frente al grupo es nula lo que hace mucho más difícil su trabajo y el grueso de la población los percibe como criminales que además frenan nuestro desarrollo, pues se nos ha hecho creer que la solución a todos nuestros problemas recae en la educación que, si bien es importante, no va terminar con la desigualdad social ni con las pésimas condiciones laborales. No necesitamos un país donde todos sean ingenieros, si no uno donde hasta un barrendero pueda vivir con dignidad.

La escuela no es una fábrica, por lo tanto no se debe estandarizar a ciegas ni buscar resultados numéricos exitosos, es un servicio público para la población  y también para los maestros que trabajan en ella,  por lo tanto debe tomar en cuenta las particularidades y necesidades regionales y buscar hacer comunidad no destruirla. Dejo en el aire la pregunta para todos, independientemente de su postura actual; ¿por cuál de los dos lados se están inclinando los hechos?