Yo tengo un perrito llamado Gasparcito, a él lo rescataron mis primos de la calle pero se quedó conmigo. Hace muchas travesuras pero no me importa porque es mi amigo.
Pienso que las personas no deberían abandonar a sus perros en la calle pues les puede pasar algo malo, y además, ellos se ponen muy tristes porque necesitan tener a alguien a quien querer.
Todo comienza así: una persona, por alguna razón, compra un cachorro, pero cuando se dan cuenta de que el perrito creció ya no lo quieren, por eso terminan abandonándolo en algún lugar, y el perrito sufre mucho.
Cuando Gasparcito llegó a mi casa estaba muy asustado, tenía la pata trasera lastimada y marcas de golpes en su cuerpo. Pero ahora siempre está brincando y corriendo porque es muy feliz. Ya no está lastimado y nosotros nunca nos separaremos… ¡Nunca!