El Laberinto

Lenguaje incluyente

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Tras una larga capacitación, donde además de los temas impartidos se hacía énfasis en utilizar todo el tiempo un lenguaje incluyente, el día de hoy al preguntar por unas instalaciones el amable “viene viene” soltó, ante mi atónito equipo de trabajo, que si podía indicarnos como llegar al edificio de los “minusválidos”.

indigenas_web3Desde una posición de poder se suele nombrar de manera oficial a los otros ¿Quiénes son los otros? Aquellos que normalmente no ejercen este poder. Basta con repasar la lista de términos políticamente correctos e incluyentes para saber a qué grupos específicamente nos referimos, por ejemplo las mujeres, las personas con discapacidad, los pueblos originarios, las poblaciones en situación de calle, los adultos mayores y la comunidad con preferencias sexuales diferentes, por mencionar los que pude recordar en este momento.

Pero estos términos, que además constituyen verdaderos trabalenguas y que ponen nervioso hasta al mejor de los oradores, se llenan de una carga negativa a una velocidad mucho mayor de la que el grueso de la población logra asimilarlos, así es como para el señor que hoy nos dio las indicaciones “minusválido” era  correcto, pues nos lo dijo con todo el respeto posible ignorando, y con razón, que ya se han validado y desechado otros tres términos para referirse a este grupo.

La razón por la que estos términos llegan, se corrompen y se van con tal facilidad, es porque sólo están cubriendo un problema más profundo, la discriminación y la inequidad de oportunidades, es como tener una herida abierta e infectada y ponerle vendas limpias sin lavar, coser o aplicar medicina, evidentemente lucirá bien un tiempo pero después volverá a apestar y a sangrar.

Claro que las palabras importan y son un primer paso hacia la visibilidad y el respeto pero deben ir acompañadas de una serie de acciones niveladoras y de un cambio de mentalidad (que por desgracia no es como sustituir un tornillo) que nos lleve a pensar que en realidad no hay nada que justifique las distinciones entre personas, el verdadero cambio será cuando todos podamos ser llamados, sin hipocresía y sin complicaciones seres humanos.