Ars Nova Ensemble y la musicalización en vivo del cine mudo.

Compartir

Guanajuato, Gto., 14 octubre 2016.- Hace casi 100 años, Ernst Lubitsch, un muy joven director de cine alemán, decide satirizar en la pantalla grande el consumismo norteamericano de inicios del siglo XX. ¿El resultado? Die Austernprinzessin (La princesa de las ostras), una comedia que no ha perdido vigencia.

Explanada de la Alhóndiga de Granaditas (Foto: FIC)
Explanada de la Alhóndiga de Granaditas (Foto: FIC)

El protagonista de La princesa de las ostras (1919), Mr. Quaker, el “Rey Americano de las Ostras”, es un hombre escandalosamente rico cuya hija, Ossi, es una chica consentida que hace escándalos y destrozos por toda la casa cada vez que tiene un nuevo capricho. En esta ocasión, Ossi se entera de que la hija de Blackpott, el Rey de la Crema para el Calzado, va a contraer matrimonio. Tras mostrarle el periódico donde se anuncia la noticia, Mr. Quaker le dice que eso no le impresiona y que le comprara un príncipe.

Al buscar a un casamentero, éste selecciona al príncipe Nucki quien, sin embargo, tiene muchas deudas. Tras contactarlo, éste decide enviar a su amigo Josef para que dé el visto bueno a Ossi. Como Nucki le da su tarjeta de presentación a Josef, cuando éste llega a la mansión de los Quaker, surge una divertida confusión que lleva a Josef a casarse con Ossi, nulamente atraída por él, pero que lo ve como un objeto para satisfacer el efímero capricho de casarse.

Es una divertida comedia llena de absurdos y exageraciones, en la que Lubitsh, su director, buscaba parodiar a la burguesía norteamericana de inicios del siglo XX a través de un personaje como Mr. Quaker, que posee una riqueza descomunal pero que es un tanto estúpido y poco práctico al tener tantos sirvientes a su disposición quienes, en su gran mayoría, sirven como mero ornamento.

Por otra parte, parodia, a su vez, a la industria norteamericana, haciendo alusión a las líneas de ensamblaje cuando muestra las interminables filas de sirvientes, sobre todo al momento en el que más de 20 mucamas se encargan de bañar a Ossi y de transportarla a su habitación en sus hombros.

Bajo la dirección de Philippe Nahon, el Ensamble Ars Nova -conformado por 26 músicos-, presenta en la Alhóndiga de Granaditas Fox Trot Delirium, compuesta por el argentino Martin Matalon, una forma de musicalizar en vivo una obra de arte del cine mudo y así, crear una nueva atmósfera sonora, diferente a la originalmente compuesta para la película.

Hoy en día, Ars Nova Ensemble presenta alrededor de 60 conciertos al año, desde ópera hasta espectáculos multidisciplinarios.