Guanajuato, Gto. 05 de octubre de 2016.- Se abren telones y lo primero que vemos son siete músicos, todos con esmoquin rosa pastel, tocando en un escenario con candiles, lámparas, y telas de terciopelo rojo cubriendo los tapancos donde batería e instrumentos de viento comienzan a sonar. La potente voz de Mon Laferte provoca los aplausos no sólo de la gente que se encuentra en la escalinata de la Alhóndiga de Granaditas sino de los cientos de personas que abarrotan la calle y las azoteas de las casas colindantes inclusive.
Entre luces moradas y azules, Mon Laferte aparece en escenario con un vestido rojo que le llega a los tobillos y que, entre olanes, deja al descubierto sus hombros y sus múltiples tatuajes.
Durante poco más de hora y media, la cantante chilena estuvo interpretando sus éxitos más populares, tales como “Tormento”, “Igual que yo”, “Si tú me quisieras” “Amor completo” y “Último beso”, la cual le escribió a su mamá poco después de que ésta falleciera.
Aunque el cielo anunciaba una incesante tormenta, sólo llovió durante menos de quince minutos, en los que, con o sin paraguas, los espectadores no dejaron de cantar al unísono y Mon, derrochando sensualidad, caminaba con sigilo y coquetería, al ritmo de la música.
Después de interpretar “Tu tanta falta de querer”, parecía que cerraba su concierto. Sin embargo, tras los gritos del público pidiendo “¡otra, otra!”, Mon Laferte regresó al escenario para rendirle un emotivo tributo a Juan Gabriel cantando “Amor eterno”.
