El Laberinto

Sobre-información o la paloma perdida

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Vivimos conectados, estamos a un dispositivo de distancia de casi cualquier persona, de casi cualquier noticia, abrimos una aplicación o una ventana y sabemos que comió Juanito, que Chuchita está de vacaciones y que en algún punto remoto de África un pequeño se enfrenta al cáncer sin los medios indispensables. Sin embargo la información crucial no siempre llega, como una paloma mensajera que se pierde en el camino.

969680_185643641603119_270637691_nEstamos tan sumergidos en nuestros dispositivos que nos perdemos de aquella información que podría llegarnos de primera mano, es decir la que proviene de nuestro entorno inmediato, ejemplos de esto son los conciertos donde a pesar de estar ahí prefieren grabar malos videos con el celular que disfrutar del ambiente; los museos donde en vez de disfrutar la exposición  se busca el mejor lugar para hacerse una selfie y  las sobremesas donde solo escuchamos el rítmico tocar de pantallas y botones. La paloma pudo fácilmente haber pasado frente a nuestra nariz sin que la hayamos notado.

Si nos perdemos el entorno y todo el mundo se encuentra siempre ocupado emitiendo o recibiendo información entonces, aunque con un poco de retraso, deberíamos enterarnos de lo que sucede pero esto no es así, resulta que entre la tremenda cascada de datos con diferentes niveles de importancia, es como pretender que alguien vea una paloma en particular, cuya existencia desconoce  en una gigantesca parvada en movimiento, el flujo sobrepasa nuestra capacidad de atención, estamos ignorantes en un mundo sobre informado.

Además de estar distraídos y tener un exceso de información difícil de atender, nos enfrentamos al problema de la veracidad, al haber tantas fuentes de noticias como personas conectadas es difícil establecer filtros, no todo lo que llega a nuestro conocimiento es cierto, podemos dar por válidos datos incorrectos, incompletos o anacrónicos y sentirnos en paz creyendo que estamos enterados de algo cuando en realidad no es así. Podemos recibir falsas palomas y preferirlas a las auténticas.

Podrá parecer pesimista el panorama, pero tiene remedio: si puede ver algo de primera mano hágalo, si necesita dar una noticia diríjala a quienes les atañe  y si quiere compartir algo que leyó o vio en la red  tómese un minuto para verificarlo, todos podemos despejar el camino para que las nobles palomitas lleguen a su destino.