El Laberinto

La fortuita metáfora del spinner

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En todo caso el objetivo principal de todo esto es no terminar desarmados en el piso por un mal paso o lastimando a los que tenemos cerca mientras funcionamos.

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Aunque no lo crean, con spinner me refiero a esos sosos juguetitos giratorios que, en varias presentaciones que incluyen bocinas, focos y formas diversas, han invadido el mercado nacional, las escuelas, las calles y hasta los chistes de internet.  Como todo mundo dice que no sirven para nada les daré una pequeña utilidad y serán la metáfora, de este laberinto.

Estos artefactos tienen un mecanismo bastante sencillo que consta de un centro que se queda estático, una pieza incrustada a su alrededor que es la que se mueve y peso agregado que permite que se mantenga la inercia, es decir que gire más tiempo con menos impulso y todos los trucos consisten en mover el conjunto sin detener el movimiento primario que nace de empujar uno de los lados, jugando con el mío he concluido que se parecen mucho a las personas motivadas.

Vayamos por partes y comencemos por el impulso, que es la fuerza giratoria que se produce cuando alguien o algo nos toca para motivarnos, el movimiento que se genera depende de la fuerza con la que lo hace pero también de la disposición y la naturaleza de cada dispositivo, lo cierto es que se necesita aunque sea un mínimo estímulo para que empiece a funcionar y un centro firme para que pueda sostenerse.

Lo que lo mantiene girando es el peso que tiene y la forma en la que fue construido,  si tenemos una carga propia, positiva o negativa  bastará un pequeño toque para que estemos moviéndonos como locos, esta falta de correspondencia entre ambas partes puede lograr milagros como que con una  palabra de aliento alguien consiga un triunfo importante o que con un gesto insignificante otro se encuentre devastado.

El ambiente también influye, si hace mucho viento, y éste va en su misma dirección,  es probable que mantenga el impulso, si hay humedad puede oxidarse o perder lubricación, si se encuentra con límites que lo apresan o con una superficie demasiado desigual no importa lo bien que esté hecho  o lo fuerte que empujemos simplemente no se va a mover, al igual que si se encuentra con algún obstáculo demasiado contundente puede hacerse más lento, frenar, romperse o sorprendentemente comenzar a moverse con mayor fuerza.

Finalmente, están los trucos que tanto en los spinners como en las personas motivadas son lo mas difícil de lograr y que es que sin importar como cambie el entorno, si estamos en un índice, en un pulgar, sobre una nariz o volando sobre un vacio nos sigamos moviendo con una gran diferencia, pues ya que somos mucho más que un juguetito mecánico, deberíamos agregar el impulso selectivo, es decir no movernos como torbellinos por cualquier fruslería o pelele y el freno voluntario cuando detectemos que estamos girando para nuestro mal o en vano.

En todo caso el objetivo principal de todo esto es no terminar desarmados en el piso por un mal paso o lastimando a los que tenemos cerca mientras funcionamos.