La comodidad… todos la conocemos, la deseamos y a todos intentan vendérnosla a como dé lugar y sin embargo es sumamente difícil de definir porque su existencia depende tanto de la presencia de algunos factores como de la ausencia de otros, se trata de que nuestro entorno no nos agreda y distraiga a la vez que disfrutamos de las facilidades que se nos puedan procurar para la realización de cualquier actividad que emprendamos, así sean de ocio, como el control para cambiarle a la tele, o de trabajo como la luz para leer documentos.
Al depender de nuestro contexto y ser multifactorial adquiere las características de lo que culta y glamorosamente llamaremos una burbuja de mole, burbuja por que justo es delicada, etérea y si el viento puede reventarla ahora imaginemos a un inepto con un lápiz filoso pinchándola y de mole por que lleva tantos ingredientes que conseguir prepararlo es complicado, caro y cada señora tiene su propia receta. Como un extra en nuestra analogía podemos pensar en lo terriblemente irritante que es que de pronto truene y aparezca una mancha de color extraño en el sitio donde antes volaba plácidamente la burbuja.
Vamos a un ejemplo sencillo, para poder estar a gusto en mi oficina necesito que las goteras no afecten nada del mobiliario que uso, que mi silla este respetablemente suave y a una altura suficiente para que alcance el escritorio pero no demasiado si aún aprecio mis rodillas, que haya internet por que facilita la búsqueda de información y el acceso a música y como no todo en el entorno es inerte, también se espera cierta conducta por parte de mis compañeros que podría incluir no comer una lata de atún en su lugar, no abrir las ventanas si está helando (a menos que el atún ya esté ahí) y no canturrear por la vida de manera desafinada..
En cuanto a lo que se refiere a las personas es peculiar por que una persona incómoda es aquella que sabe que le roba su comodidad a los demás y que de todos modos prosigue con su accionar o con su presencia e igualmente un comodín es aquel que se vale de las demás personas o de sus bienes de manera inescrupulosa para no perder su propia comodidad. Al ser una cuestión de interacción cada elemento cuenta y una situación como un beso con la pareja se puede tornar incomodo con la presencia de otra persona, su esposa por decir un ejemplo.
Y aquí llega mi última reflexión sobre el tema, como no podemos controlar el entorno, ni la actitud de las personas que nos circundan y además existen actividades que requieren ser realizadas aunque no sean un campo de margaritas, hemos tenido a bien fabricar objetos cuyo propósito es justo cancelar la incomodidad que algo nos causa, como los audífonos para no escuchar los cantos disonantes en la oficina, los paraguas para evitar la molestia de una lluvia sobre nuestra cabeza o los tenis ligeritos para largas caminatas. Si con razón estaba pensando en comodidad, estoy estrenando tenis y son una nube esponjosa.