El Laberinto

Dominación temporal

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Alguna vez, hace ya varios años trabajé de mesera, seis días a la semana durante el día entero, con un descanso semanal (nunca en sábado o domingo) al cual llegaba francamente extenuada y cuando revisé la cajita donde iba poniendo el dinero que llevaba diario de propinas casi me suelto a llorar por que tenía mucho más de lo que esperaba y me di cuenta de que no servía para nada si no me quedaban tiempo ni ganas de disfrutarlo.

Según la OCDE, México es el país del mundo con más horas laboradas por persona con un abrumador promedio de 2,225 horas al año, casi un tercio de los 365 días enteros, por si estaban haciendo cuentas y con diez miserables días de vacaciones pagadas al año.

Como podemos ver según nuestra categoría de país en desarrollo, ni siquiera nos hace más ricos, tal vez solo más sumisos de puro cansados, sin contar que estas jornadas alucinantes tienen la ventaja (para los jefes, claro está) de que una sola persona haga el trabajo de dos, solo te queda tiempo suficiente para reproducirte y consumir, que es lo único que esperan de nosotros afuera de nuestro lugar de trabajo. Controlar el tiempo de la gente de esa manera, si no tiene fines económicos reales si es una cuestión de dominación.

Y no para ahí, a nivel más amplio, el tiempo de todos como colectivo también está controlado a través del calendario, basta con visitar una colonia con fiesta patronal para darte cuenta de que sus habitantes ni siquiera pueden disfrutarla si cae entre semana por que tienen que trabajar al día siguiente.

Los calendarios, además de ser útiles para sembrar y organizar el resto del tiempo alrededor de esto, tienen una profunda connotación política, observemos 3 ejemplos donde explícitamente quienes estaban al poder los modificaron para su beneficio.

En nuestro país, primero las fiestas prehispánicas fueron sustituidas por católicas y tras la revolución se ha buscado cubrir estas con festejos civiles. Es una forma de control por sustitución que además sujeta a la periferia a los tiempos del centro.

Por su parte y justo en sentido contrario y luego de regreso, los franceses jacobinos sustituyeron el calendario católico, pues la iglesia apoyaba a los reyes, por otro calendario  racional, decimal y que alude principalmente a la naturaleza y a la agricultura. Cuando la república murió, el calendario anterior regresó.

En el caso de los soviéticos tuvieron dos intentos: uno para igualarse a toda Europa adoptando el mismo calendario y otro para aumentar la productividad y anular el domingo como un festivo que escalonaba los descansos y nos dejó joyas como el 30 de febrero y a ellos desintegración social, imaginen organizar un (inserte aquí el equivalente de carnita asada rusa) que empate con los distintos descansos de cada sector, vamos que ni entre los propios burócratas podían ponerse de acuerdo y el pobre calendario  murió por impopular.

El tiempo no solo es dinero como nos dirían los negociantes, también es poder y como tal se utiliza, pero también es nuestra vida, estamos vendiendo trozos de nuestra existencia para estar ocho horas sentados con dolor de trasero haciendo lo que fácilmente saldría en tres. Me niego a pensar que solo puede ser así.