Todología con Maiself

Cursis, exquisitos, románticos

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A Veo por este título que lo llama mucho la estética. Hasta parece que es un escape

B Tiene razón. Después de tanta política tétrica, y tantas opciones de cambio canceladas o restringidas, la estética es una vía de alivio

A Intuyo que en el título de hoy hay implícita una escala de gusto ¿o me equivoco?

B Acertó a medias, porque no sólo es una escala sino también una gama: niveles y tipos de gustos. Le aclaro el contexto: hablaré de la música que se escucha en la radio

A ¿Por qué no los caracteriza, para entender mejor su esquema?

B Mire: como ya se ha dicho, lo cursi es un intento fallido de exquisitez o de romanticismo. El cursi le apuesta a ser profundo y conmovedor, con muy pocos recursos para ello, y pierde, pues así se encuentra desbarrancándose en lo ridículo, lo pretencioso y lo fingido. En esto último, se parece a lo exquisito, que es algo que, a pesar de llegar a cierto grado de logro, al estereotiparse como canon, cae en la afectación y en la soberbia, con lo cual la pedantería que lo acompaña, le resta mérito. En cambio, el romanticismo, evita tanto la ridiculez, la pretensión y el fingimiento de lo cursi, por ser auténtico, sincero y mesurado, como también elude la afectación, la soberbia y la pedantería de lo exquisito, por ser parsimonioso y humilde.

A Ya me mareó, ¿podría poner ejemplos?

B Antes de eso, hay que aclarar que lo que distingue a esos tres tipos de música muy escuchada, es el grado de inspiración incorporada y el grado de pretensión que exhiben. Así, tanto lo cursi como lo exquisito ambicionan y creen haber logrado mucho más que lo que alcanzan. Muchísimos compositores y muchísimos intérpretes, promovidos en exceso por los medios, tienen muy pocos casos de éxito estético. Tal es el caso de Marco Antonio Solís. Arjona y Julión Alvarez, entre los cursis, y de Lila Downs, Betsy Pecanins y cecilia Toussaint, entre los exquisitos. En cambio, hay románticos que tienen abundantes méritos estéticos, como José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel, ya que en más de una veintena de sus canciones hay inspiración de sobra, algo que no tienen los anteriores.

A Pero hay muchos, semejantes a los que usted ejemplifico como cursis y exquisitos que le gustan a mucha gente, y tienen éxito comercial

B Sí, pero escaso éxito estético. Acuérdese que la música es vehículo de catarsis y de distinción, tales son algunos de sus usos sociales. Además, considere que existe una insistente manipulación mediática, entre la que se encuentra la famosa payola, que es la compra de espacios radiofónicos para repetir hasta la náusea una canción chafa, y estos lavados de cerebro, o mejor dicho, de corazón, achatan y homogeneizan la sensibilidad de la audiencia, para que “peguen” más canciones y autores chatarra y, así, tengan un rebaño de consumidores cautivos, numeroso, en el caso de los cursis, o selecto, en el caso de los exquisitos

A Entendido, y ya párele, porque si sigue, me va a confundir…

B Bueno, ya me digo a mí mismo: ¡chitón!