A ¡Qué interesante tema escogió usted!. No sabía que le interesaran los asuntos esotéricos.

B ¿Esotéricos? ¿De dónde saca usted eso de que la inspiración es una cuestión esotérica?
A Todo mundo sabe que la inspiración es un don que sólo poseen ciertos agraciados seres de luz que son, valga la refulgente redundancia, iluminados de repente.
B ¡Qué fácil es para usted explicarse ese tema con la manoseada y burda recurrencia a algo mágico e improbado!. Me obliga a purgar sus neuronas de esa patraña, y a imbuirlas de una sana explicación científica.
A Quiero ver que me convenza…
B Pues ahí le voy…La inspiración es el proceso de conectarse con el propio inconciente. Esto no sucede sin haber estado llamando a la puerta de lo recóndito, y esperar a que, una de esas tantas llamadas lleguen a cuajar.
A Intentos de inspiración, ¿verdad?
B Así es. Continúo: es necesario un trabajo de conexión y de interpretación de aquello que se contacta. A nadie se le da la inspiración por generación espontánea.
A ¿A poco?
B ¿A poco no?. A ver, póngame un ejemplo de alguien que se haya inspirado nomás por arte de magia, sin haber escarbado en sus adentros
A No, pus no tengo…
B Entonces, continúo:Tampoco se les da la inspiración a quienes sólo pulen la superficie del arte que trabajan, o sea su técnica, ya que las llamadas de ese tipo son muy débiles y, por eso, el inconsciente no se abre. Únicamente quienes bucean lo suficiente hallan las perlas de la belleza artística. Para que me entienda: las musas no se les aparecen a los huevones…
A ¡Ora sí que me convenció!
B ¡Ya ve…!