Charamuscas y Trompadas

Compartir

Lo más difícil, una vez firmado el convenio de colaboración entre autoridades estatales, la Fiscalía General y la Universidad de Guanajuato para robustecer las estrategias de seguridad para garantizar la salvaguarda de los estudiantes, será mantener la congruencia y responder al reclamo que claramente va más allá de la comunidad estudiantil, hacia la sociedad.

La lección ya se dio y en cualquier momento la sociedad se podrá organizar para alzar la voz, y pedir lo que no tienen tranquilidad en su vida cotidiana propia y la de sus familias,  que regrese la seguridad perdida en varios de los municipios del corredor industrial donde reina la violencia y la muerte.

Hacia allá van las inquietudes de la sociedad civil organizada que también se ha visto dormida en sus laureles pues todavía están haciendo el diagnóstico cuando la enfermedad del paciente está más clara que el agua. En Fin, gran tarea le han dejado los estudiantes a la gente que se maravilló con su capacidad de organización y resultados.

 Los que están listos para subir al pleno, al menos dos de los bloques de municipios con leyes de ingresos, revisadas, corregidas y a punto de ser aprobadas, son los diputados del Congreso local. La sesión se anticipó para este miércoles porque nada menos, también son guadalupanos y se tomarán el día 12, al igual que todos los trabajadores del Poder Legislativo, para regresar el viernes a sus labores.

Los asesores de los grupos parlamentarios y algunos diputados han estado a marchas forzadas arrastrando el lápiz hasta el desvelo para tener listas las leyes de Ingresos de las cuales solo el tercer paquete se irá a aprobación hasta la semana entrante, en la próxima sesión.

Lo que les queda pendiente es el paquete fiscal que les mandó el gobernador, donde se revisarán las leyes de Ingresos y de Egresos, al que se abocarán completamente la semana entrante, porque se está yendo el año y lo que quieren es poder tomarse algunos días de descanso antes de regresar a darle a las iniciativas que están pendientes.

Los que andan atribulados  son los alcaldes, sobre todo porque ya les avisaron que el año entrante los recortes van a estar pesados y nada menos es año preelectoral, donde tendrían que echarle el resto de la carne al asador, sobre todo lo que quieren dejar las bases puestas, para buscar un nuevo periodo, al frente de sus encargos.

Lo seguro es que más de uno tendrá que enfrentarse a la ruda realidad de la evaluación ciudadana y al cumplimiento de compromisos de campaña, que sin pesos, sencillamente, está imposible que los cumplan.