Charamuscas y Trompadas

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CIERRAN HOTELES EN LA CAPITAL CERVANTINA, con el cierre de hoteles y hostales, alrededor de 147 en total  que hay en la capital, vendrá la suspensión temporal de unos 2 mil trabajadores del ramo y con ello, la zozobra del panorama económico que ya empieza a pesar en Guanajuato.

Esto sin contar el impacto que se prevé alcanzará el freno turístico, estatal y nacional, en otras latitudes del país, que se viene a sumar a la falta de definición de un plan nacional para paliar la situación sanitaria y la falta de apoyo para los empresarios, aunque sea en calidad de préstamo.

HABRÍA  QUE COMENZAR con el diseño local de estrategias para la reactivación después de la crisis, sin embargo la preocupación de que lo peor está por venir en materia sanitaria, tiene paralizado cualquier esfuerzo que se programe.

El ramalazo de afectación tendrá para los empresarios hoteleros de la capital, será por lo menos de unos 14 millones de pesos, a los que habrá que sumar las pérdidas de los prestadores de servicios turísticos, como restaurantes, bares, transportistas, guías, etcétera.

Los hoteleros advirtieron de la gravedad de la situación sobre todo por el reciente convenio entre la Sectur y la Secretaría de Salud federal en el sentido de que estarían obligados a brindar atención a los enfermos, cuando no están preparados para ello.

LA CANCELACIÓN DE LA RUEDA de prensa que se había anunciado por parte del gobierno estatal, para dar pormenores de la situación que se registra a nivel nacional, ayer domingo, parece que fue de revote de la nacional además de que se presentó el informe trimestral del presidente Andrés Manuel López Obrador, y no quisieron hacerle sombra. Se pospuso hasta nuevo aviso.

En contra parte, el anuncio para fortalecer el soporte y apoyo psicológico para transitar lo más normal que se pueda el encierro domiciliario voluntario, para evitar contagios, se hace de manera oportuna ante la previsión de situaciones críticas que pueda arrastrar esta condición atípica.

Hay que organizarse y seguir la rutina cotidiana, aunque sea en 4 paredes, no hay de otra que quedarse en casa.