Charamuscas y Trompadas

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EL BALCÓN DE PALACIO. El destino (o mejor dicho la pandemia del COVID19) nos alcanzó y a quienes nos negábamos a dar el paso para avanzar en el uso de las herramientas tecnológicas que se impusieron desde finales del siglo pasado, nos dio un bofetón en la cara que a muchos todavía les duele. Las pláticas digitales eran entre dos y de cuates;  ahora son sesiones plenarias completas entre los 36 diputados que hay en el Congreso de Guanajuato.

A lo mejor usted piensa que dar este paso, más a fuerza que de ganas, también nos permitió evolucionar como personas, y puede que haya excepciones, pero la mayoría seguimos siendo unos neandertales con todas sus letras.

Vea usted a nuestros diputados, uno pensaría que estarían en otra disposición o que cambiarían el discurso, pero no. Ernesto Prieto en la misma tónica que se le conoce desde que entró a la legislatura, pleno de descalificaciones al trabajo del Gobernador; y los panistas siguiéndole el juego pero con las descalificaciones al gobierno federal.

Hacia el final de la primera sesión digital,  que será el comienzo de otra historia,  como que dieron a entender que habrá una tregua de descalificaciones de unos y otros, alguien tendría que decirles que la sociedad, esa que dicen representar ya los rebasó por la derecha y no se dieron ni por enterados.

OTROS QUE ESTÁN HACIENDO SUS ENTRENAMIENTOS DE PÁRVULOS en el home office, son los integrantes del ayuntamiento de Guanajuato Capital, que están en sus primeras sesiones vía remota,  seguramente tan acostumbrados a que nadie los ve, algunos se confían  y dejan ver algunas indiscreciones.

Así le pasó a la regidora del Partido Verde, Ana Bertha Melo González, quien ingresó a la transmisión   de enlace a la sesión con una cuenta que no era la de ella, y sí de un ex acalde, por lo que más de uno de sus compañeros extrañados, se cuestionaron con quién estaban hablando porque la de la imagen era la regidora, pero el nombre del usuario era otro. ¡Qué susto!

LOS QUE HAN MOSTRADO CERO EMPATÍA con sus clientes son los señores de los bancos en la ciudad, y lo más seguro es que en todas las ciudades del país, les importa un pepino que no haya Sana Distancia entre sus cuentahabientes, solo algunos reparten gel y aunque exigen uso de cubre bocas a la hora de entrar, algunos mecanismos como identificadores de huella digital, no son desinfectados.

Menos van a diferir el pago de deudas ni establecer ampliaciones de horarios en sus sucursales, aunque no están todas abiertas y hay una atención racionada de clientes. Poco los importa si es el coronavirus, o el avispón asesino gigante, ellos van por su dinero.