Distrito Capital

La oposición y el banquero

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Desde abril y hasta septiembre de 2020, Banxico inyectará hasta 750,000 millones de pesos a los bancos para que este dinero a su vez, sea canalizado a personas y empresas, frente a la pandemia por la COVID-19. Así mismo, disminuyó las tasas de interés sobre el préstamo de ese mismo dinero a la banca comercial, como lo anunció la semana pasada, al 5%.

Teóricamente, una reducción en las tasas de interés reducen el incentivo para ahorrar, lo que ocasiona que los consumidores compren más; hace el costo de los préstamos más barato, reduciendo también los costos mensuales en las hipotecas; incrementa el precio de los activos al darle un respiro al mercado inmobiliario (con tasa más baja, se compra una casa); incrementa la confianza y aumenta las exportaciones (al vender en monedas más fuertes), disminuyendo las importaciones y a su vez, fortaleciendo la demanda agregada.

Teóricamente.

En México, las tasas de rendimiento hacia el ahorro, por parte de los bancos, son de por sí bajas: existe un promedio de 3% sobre inversiones de menos de un millón de pesos, y pueden rondar hasta un 8% en inversiones que superan esa cantidad.

Tan solo de enero a mayo de 2020, la inflación en México ha sido de 3,03%, con un pronóstico de 3.54% en inflación anual. Así mismo, la Ley de Ingresos de la Federación establece que la tasa de retención de Impuestos Sobre la Renta al ahorro, es hoy de 1.45%. Esto nos da un total de, en promedio, 5% de minusvalía asegurada, solo por ahorrar.

Lo anterior, convierte en un disparate la invitación a dejar de ahorrar para consumir, debido a la propia disminución del poder adquisitivo debido a la inflación.

Así mismo, la inyección de 750,000 millones de pesos a los bancos anunciada por Banxico, se acerca más al efecto de una trampa de liquidez, que al de una política económica monetaria sana.

Los esfuerzos en una trampa de liquidez, no logran estimular la actividad económica porque las personas simplemente ahorran más reservas de efectivo. Lo anterior, se incrementa cuando existe una crisis de confianza, que inhibe las inversiones por el propio riesgo país.

Sin embargo, la banca comercial en este país maneja excesivas tasas de interés al crédito y altos costos de operación.

En estos tiempos, no obstante las decisiones del Banxico, la Asociación de Bancos de México mantiene un silencio sepulcral. Quizá el banquero está en el mismo lugar donde está la oposición política al partido en el poder, que prometió recurrir ante la Corte el incremento de impuestos al ahorro.