Histomagia

El reflejo

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Los espejos. Los espejos son puertas dimensionales que abren posibilidades infinitas de lo que reflejan, de ahí que tu imagen cambia cada vez que te miras en ellos, cada vez que aparece lo que está en otros planos, cada vez que te hablan y te reconoces…aunque no siempre es así.

Mi amigo Dante me ha contado una historia terrible para la protagonista, en verdad la maldad de algunos humanos trasciende el tiempo y el espacio y, si logran regresar por cualquier medio, descargan toda su frustración y odio en quien sea con tal de hacer infelices a los otros, tal y como ellos lo son y serán en la eternidad de su existencia. Pues bien, la amiga de Dante, Liza, vivía en una casa antigua tan antigua que su piso de barro ya era prácticamente polvo. La construcción había tenido mejores días: los pasillos amplios con ventanales grandes que mostraban el jardín exterior, con una arboleda circular que protegía la casa del ruido. Las recámaras, todas y sin excepción, contaban con un espejo de cuerpo entero, enmarcados en madera, marfil, latón y plata. Liza le cuenta a Dante lo terrible que era vivir ahí: las cosas cambiaban de lugar, por las noches se escuchaban voces, pasos, gritos, y lo que era mucho más raro es cómo esos espejos cambiaban y mostraban sus mejores días: relucientes, con excelentes acabados, hermosos, pero solo por las noches…pero nadie se daba cuenta solo ella en ese intrincado caos de pasillos y recámaras lúgubres. Liza tuvo la suerte que su espejo era hermoso, estaba adornado con muescas infinitas e incrustaciones de oro que ahora estaban ocres reflejando el paso del tiempo en ese lugar donde, sin saberlo, ella en carne propia cada día contactaba con una entidad maligna, aunque ella siempre fue una chica sana su reflejo le decía lo contrario. Sabemos que lo que aparece en el espejo es nuestro reflejo, siempre nos lo han dicho y, de hecho, hasta este día suponemos que es así, que quien aparece en ese reflejo eres tú. Liza, al igual que nosotros, lo sabe ¿o no?

Su familia era muy unida, pero con el paso del tiempo, poco a poco fue cambiando. Cada uno sufrió a su manera su estancia en esa casa; su padre perdió el trabajo, su madre cayó en depresión, sus hermanas lo mismo, y ella que de repente comenzó a perder peso. La familia de Liza, aun en su desventura, se preocuparon al verla delgada, demasiado delgada, por lo que la llevaron al médico; hacía mucho tiempo que ella no salía, y solo se veía en ese espejo que la hizo cambiar tanto. El doctor la pesa, la mide, mientras habla con ella quien comienza a contarle que trataba de alimentarse bien, sólo que su reflejo siempre le decía que estaba gorda, fea, horrible, que se mirara que nunca sería hermosa, en eso estaba contándole cuando en un instante se queda callada abruptamente: en el espejo de la clínica ve su reflejo, pero no lo reconoce, esa no era ella, esa no sé quién era, asustada ve también el reflejo del médico quien es tal y cual como lo ve en la realidad. A este momento, el galeno extrañado le pregunta qué es lo que sucede, ya aterrada, casi al borde de la locura Liza comienza a llorar, señalando con su dedo índice las imágenes del espejo, y le dice al médico que esa no es ella, que ella es más vieja, que la chica que se ve en ese espejo es joven y bonita. El médico le dice que está equivocada, que lo que ve en esa imagen es ELLA. Liza entonces se da cuenta, y es cuando sabe que esa imagen lúgubre que siempre le dice que no es bonita, ni nunca lo será no es ella es otra, es un espectro maligno que quiere robar su identidad… ella piensa, aprisa, y concluye que esa casa tiene en cada espejo un ser maligno que demerita a cada uno de los habitantes VIVOS, por eso el fracaso de su familia. Sale corriendo y les cuenta lo que acaba de descubrir y el peligro que corren todos ahí.

Dante me cuenta que su amiga nunca quiso que se supiera lo que pasó, pero dice que decidió contarle para no caer en la locura, para compartir las desventuras que vivió con su familia, pero sobre todo ella, en ese maldito lugar. Esa casa fue abandonada de inmediato por esa familia, y sí al parecer sigue sola, y cada noche, esos espejos cobran la vida al acecho de alguien que se refleje una vez más para poder dispersar su maldad en esta dimensión. ¿La casa? no te diré en dónde está, pero puedes venir y pasear cerca muy cerca de ella aquí en esta mágica ciudad. Ven, lee y anda Guanajuato.