El Laberinto

Malo para la voz

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La maestra comenzó a enumerar todas las cosas que pueden afectar la voz, a un nuevo grupo de alumnos sorprendidos de pensar que su única alternativa de hidratación sería de ahora en adelante el agua al tiempo, mientras yo, imprudentemente  afónica pues nueva no soy,  la miraba desde la otra esquina de la mesa esperando no tener que hablar, pues de todos modos no podría hacerlo.

29/12/2017 Side profile angry woman screaming with alphabet letters flying out of wide open mouth ESPAÑA EUROPA MADRID SALUD GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / SIPHOTOGRAPHY

Comer picante o ácido en exceso,  beber, fumar lo que sea que fumes, las desveladas o el mal descanso, enfriarse accidentalmente saliendo sin suéter o cambiando bruscamente de ambiente o deliberadamente con un ventilador si estás sudando como un caballo ensillado y no puedes dormir, el aire acondicionado, comer heladitos, beber café, peor si está muy caliente, lo lácteo, lo dulce…

Ser parlanchín o ser maestro, tallerista, locutor, conductor, cuentacuentos, hacer cómo que actúas aunque seas francamente malo (¡ah caray! esto se está poniendo raro y específico), cantar  en las fiestas mientras bebes y todos fuman y debes hablar fuerte porque hay ruido,mientras te desvelas y comes botanas con sal y limón, para salir de madrugada rumbo a casa y dormir tres horas… la crónica de casi todos los fines de semana de mi vida adulta, mis ojos sonríen con mis labios bajo el cubrebocas ante tan precisa descripción. Ella sabe que  nunca estoy tan callada y me interpela con expresión jocosa.

Y me brota un hilito de voz, más ronco tal vez que de costumbre, para decirles: ¡mírense en este espejo! aunque los signos de exclamación sobran aquí ya que tuvieron que acercarse a oír mi confesión y ante sus caritas de susto, pues varios compañeros son adolescentes,   me quedé pensando si en verdad tendría algo que decir si dejara de hacer todas esas cosas.

Sí me valdría tener una voz de cristal, cuidada como un lápiz que nunca ha sido afilado porque justo no puedo escribir si no se raspa un poquito aunque sea, porque todo por servir se acaba y como diría el señor Hunter S. Thompson (1937-2005): “La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado entre una nube de humo completamente desgastado y destrozado y proclamar en voz alta: ¡Uf vaya viajecito!”

Y entonces mi grillo me dice: punto medio mujer, mientras yo suspiro pensando que odio el café tibio y que mis cantantes favoritos no fueron precisamente monjes.