El espacio de Escipion

La oposición, la #CDMX, la marcha, y 4T se hace bolas

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Bajo el pretexto de oponerse al llamado Plan B de la reforma político-electoral, a la que acusan de regresiva, antidemocrática y casi de restauradora de la dictadura perfecta, los principales opositores al presidente y al proyecto de Andrés Manuel López Obrador andan desatados y entusiasmados por demostrar que pueden llenar el Zócalo de la Ciudad de México y movilizar a la población de más de 80 localidades del país.

Atrás de esto hay poca sustancia respecto al debate que a los ciudadanos nos debería importar, ya que las arengas apocalípticas sobre la democracia mexicana, como las que promueven ciegamente al plan B, simplemente carecen de un real análisis cívico.

Sí, hay mucho ánimo de parte de quienes alientan la movilización, pues sus estrategas consideran que después este segundo acto de masas en defensa del INE podría venir las que llamen a votar por esas coaliciones ideadas por el señor X y otros patrocinadores de las tantas convocatorias a estar con ellos es estar “por México”.

Y es que detrás de los llamados a la defensa del INE y de la democracia hay otros objetivos político-electorales: la lucha por los congresos locales, las Cámaras de Diputados y Senadores y, faltaba más, la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Están dando los pasos para forzar una gran coalición opositora, moviendo las aguas y atizando a los remolinos internos de cada partido y organización para alcanzar estos fines. Van en serio, apoyados por los errores de los propios cuatroteros en función pública, tarea legislativa o como simple activista de cibercafé.

La misión por ganar la presidencia de la República es imposible, no así en el Legislativo, en donde podrían pegar un buen susto a la 4T si postulan cartas atractivas para la ciudadanía, y en la Ciudad de México, como hemos dicho en otras ocasiones, parecen tener más perfilada una posible ruta de victoria y no por méritos propios.

Más cuando en el morenismo capitalino la militancia está hecha bolas y no se sabe a qué carta van a apostar para relevar a Claudia Sheinbaum. Una semana suena Ricardo Monreal, otra Clara Brugada o Rosa Icela Rodríguez, y a cada vez con mayor fuerza Omar García Harfuc, el policía que algunos consideran podría repetir la hazaña de Miguel Mancera quien de la Procuraduría brincó a jefe de Gobierno gracias a la amplia aceptación de la mediatización de su trabajo en la seguridad pública.

Por esta razón, alcaldes, legisladores locales y federales, así como dirigentes partidistas, aprovechando el cuasi vacío del liderazgo morenista, actúan a tontas y a ciegas, cada uno quiere llevar agua a su molino o, incluso, algunos de ellos en un anticipo de deslealtad partidista llamando a engrosar las filas del PT o Movimiento Ciudadano como fórmula de salvación si las encuestas de Morena no les favorecen con la candidatura deseada.

Malas decisiones, malas respuestas y peores funcionarios abonan al desgaste acelerado de varias áreas del gobierno capitalino que, a ojos del ciudadano común se magnifican, aunque no todos los políticos del prianisperredismo lo entienden y esa puede ser su perdición en estas ventanotas de oportunidad que les abren desde el mismo gobierno y su partido.

Los ejemplos de dislates están a la vista. El alcalde priísta de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, a sabiendas de que no será candidato de su partido ni la coalición, se dice, estaría por regresar al redil bejaranista y ya dio una nuestra de cariño en la reciente gira de la jefa de Gobierno por la demarcación.

La alcaldesa de Cuauhtémoc se pinta sola. Sandra Cuevas, famosa por bloquear a sus vecinos en sus redes sociodigitales, de constantes escándalos y protagonismos, ahora sacó su verdadero temperamento, y en abierto desprecio por los ciudadanos que le dieron su voto y confianza anunció que se retiraba de la política porque le daba “asco la política mexicana”, cuando lo que debió hacer es dignificar la política en la alcaldía políticamente más emblemática de la CDMX.

Ni qué decir del ex presidente Felipe Calderón, a quien algunos del PAN quieren encartarlo para la candidatura a jefe de Gobierno de la capital del país, no ha entendido que su presencia, al igual que la de Vicente Fox, repele más que suma a su ex partido, ahora salió a tirar línea y recetar un manual de obviedades a la oposición que marchará el 26 de febrero. No sé si alguien en su sano juicio considere al ex mandatario como posible guía moral después del proceso y las sentencias condenatorias a Genaro García Luna.

La camada del PAN en la capital es muy activa y electoralmente fuerte, teniendo la alcaldía Benito Juárez de los anayistas Jorge Romero Herrera y Santiago Taboada  el epicentro para avanzar en las próximas elecciones. Pero nada será suficiente si siguen tolerando y operando con delincuentes no sólo en el llamado Cártel Inmobiliario sino con personajes oscuros en una red de defraudadores de vivienda que ya están detectados operando en Venustiano Carranza, Iztacalco y la mismísima Iztapalapa.

A días de la marcha en defensa del INE no es casualidad que hayan aparecido cuando menos cinco encuestas sobre el pulso político en la Ciudad de México, de las cuales cuatro dan ligera ventaja a los partidos opositores y una a Morena. Por ello, todos los esfuerzos de la oposición son para llenar el Zócalo y las principales avenidas.

Sí, será interesante saber si hay poder de convocatoria, pero mucho más, si los ciudadanos que libremente acudirán serán pastoreados hasta el 2024 como desean sus organizadores.

Y más interesante sería saber si ahora sí el presidente López Obrador será capaz de tener otra lectura y tratamiento a los ciudadanos que, independientemente de los partidos y actores de oposición, sí están hartos y con mucha muina contenida por los abusos de poder y polarización alimentada día a día bajo el pretexto de servir a la voluntad del pueblo.

DOCTRINA AMLO: Vox populi, vox dei, legitimidad y legalidad

El presidente de teflón, al que nada le pega, de nuevo bajo su racionalidad política se entrometió en la política interna del Perú con su decisión de no entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico a la mandataria interina de este país Dina Boluarte, a la que considera “espuria” y a su gobierno “producto de un golpe de Estado”. Y bajo esa lógica, consideró que Pedro Castillo fue elegido por el pueblo y a éste se debe respetar y reconocer. Se olvidó que el ex mandatario, bajo su deficiente salud mental —según reconocieron sus abogados— quiso darse un fujimorazo, es decir, un autogolpe, y e imponer un poder unipersonal a base de decretos según su limitada y muy cuestionada capacidad.

En el nombre del pueblo y de Dios se han cometido muchos pecados, atropellos, crímenes y abusos, como los gobiernos fascistas, emanados por la vía del voto de las mayorías, como también lo fue el “salvador de la Patria” Antonio López de Santa Anna, como lo fue la unción presidencial repetitiva de Benito Juárez o la prolongación indefinida de Porfirio Díaz. Por eso no extrañan mensajes de impresentables como Félix Salgado Macedonio, quienes en nombre del pueblo se atreven a decir que “Andrés Manuel López Obrador volverá a ser presidente en el 2030 por aclamación del pueblo”.  Más vale que relean además de Carlos Marx también leyeran a Max Weber. Es sugerencia.

Contacto: feleon_2000@yahoo.com