El espacio de Escipion

El legado de la 4T: ¿un nuevo o un ciudadano envejecido?

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+ 74 horas sin AMLO

+ Guerrero; alto riesgo para la transición del 2024

+ Media 20.1 de aniversario

La década de 1990 fue marcada por la lucha por la democracia. Los que pasamos de los 40 años sabemos de qué se trata. Después del 2000, la democracia electoral se encareció y la ciudadanización del quehacer público se abrió para permitir la participación ciudadana en varios de los órganos de gobierno y del Estado mexicano; es decir, este sujeto social comenzó a tomar un papel más activo frente al predominio del Estado.

Bueno, pues algo está pasando que quizá no nos estamos dando cuenta. A partir de la elección más culminante de la democratización de México, la de 2018, la primera que se acepta como producto de una insurrección netamente ciudadana y no impuesta por poderes fácticos, hay un movimiento que buscaría dar marcha atrás al desmesurado crecimiento que tuvo la participación ciudadana como prerrogativa del Estado.

¿Esto que hemos estado viendo en materia de reformas político-administrativas son una regresión o es un llamado de atención para mejorarlos, perfeccionarlos y ciudadanizarnos efectivamente?

¿O es que quizá nos equivocamos y la lucha por la ciudadanización, la democratización y la transparencia resultó un botín para la partidocracia que lucró e hizo negocios particulares en estas conquistas de los ciudadanos?

¿A lo mejor tenía razón Porfirio Díaz y los mexicanos no estábamos preparados para una democracia como la de los países desarrollados?

Es importante que la clase político en el Legislativo y el Ejecutivo federal, así como la del Poder Judicial lo aclaren, porque las señales que se están mandando nos tienen confundidos y, a los nuevos ciudadanos, sin duda, mucho más.

Los próximos electores serán mayoritariamente nuevos en este debate. Unos 6 millones serán la primera vez que votan y su experiencia como individuo consciente de este país se remonta al gobierno de Enrique Peña Nieto y de Andrés Manuel López Obrador.

Poco más de 50 millones de ciudadanos que componen el padrón electoral, contarán con menos de 35 años de edad, y con la experiencia consciente de los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña y Andrés Manuel López Obrador.

Es decir, poco más del 50 por ciento de los empadronados que votarán en 2024 tienen nulo conocimiento directo de lo que significó la lucha por elegir libremente a nuestros gobernantes y enfrentarse a funcionarios públicos, como un regente del Distrito Federal, que no fue electo sino designado por el Ejecutivo federal.

Ese México donde nuestros representantes populares eran todo, menos populares, pues eran designados por la gracia del dedo presidencial y tenía a los ciudadanos como simples espectadores de su rito iniciático del poder que les permitía alcanzar peldaños políticos por escalafón, llámese ministerio, alcaldía o gubernatura, sin permitir a los demás a alcanzar los derechos ciudadanos que como mexicanos demandamos.

Los noventas del siglo pasado fue una década marcada por la democratización y la institucionalización y, valga la referencia, pero gran parte de este proceso ocurrió por la presencia de un gran número de organizaciones de la llamada sociedad civil que fue demandante de la apertura al viejo régimen, el del PRI, que no tuvo más remedio que abrirse a la democratización si quería formar parte del mundo occidental globalizado.

Claro, para algunos esta democracia liberal está más en el empoderamiento de las clases medias. Y no sólo porque AMLO lo haya dicho, sino también Porfirio Díaz: “La clase media es, tanto aquí como en cualquiera otra parte, el elemento activo de la sociedad. Los ricos están siempre harto preocupados con su dinero y dignidades para trabajar por el bienestar general, y sus hijos ponen muy poco de su parte para mejorar su educación y su carácter, y los pobres son ordinariamente demasiado ignorantes para confiarles el poder. La democracia debe contar para su desarrollo con la clase media, que es una clase activa y trabajadora, que lucha por mejorar su condición y se preocupa con la política y el progreso general”.

Sí, como bien afirman investigadores y políticos de antaño hasta el propio presidente de hoy, una buena parte de esas organizaciones tuvieron financiamiento de países de occidente, pero principalmente de los Estados Unidos.

Quien esto escribe, allá por 1998 tuvo acceso a una plataforma en la cual la Fundación Nacional para la Democracia, el antecedente de la USAID, el organismo del Departamento de Estados de los Estados Unidos para financiar a organismos de la sociedad civil, contabilizando más de 123 asociaciones de distinto perfil: derechos humanos, promotores de la democracia, derechos indígenas, libertad de expresión, pro feminismo, derechos de las audiencias, transparencia y derecho a la información de asuntos públicos, participación ciudadana en decisiones gubernamentales, entre tantas otras que ahora son comunes en nuestra agenda.

Pero no fue México el único país en recibirlo, sino toda América, porque siempre ha existido una intención de tener un continente estable y pacífico para intereses imperialistas de los Estados Unidos. No hay ningún secreto y documentaciones sobran para apuntar que esto fue así. Hace poco Gilberto López y Rivas, legendario luchador comunista, recordó el papel que tuvo el Instituto Lingüístico de Verano el cual actuó en nuestro país con la anuencia del gobierno de Lázaro Cárdenas del Río.

Es innegable que desde la reforma electoral de 1977 pasando por la insurrección cívica de 1985, la recuperación y conquista de los derechos ciudadanos ha venido en aumento, particularmente el respeto a la voluntad popular y a los derechos humanos.

El reconocimiento de las victorias del PAN con Carlos Salinas y del PRD con Ernesto Zedillo fueron producto de ello. Las alternancias en la presidencia de la República  son también producto de esto que nos obliga como país globalizado. Dejamos  entonces de ser la isla de la dictadura perfecta o de la democracia imperfecta.

Pero quizá, quizás estuvimos equivocados y nuestra larga herencia autoritaria termina por doblegarnos.  Ahora bien, nunca es tarde para rectificar y rediseñar institucionalmente al Estado mexicano, pero que sea entre todos los mexicanos, y no como quisieran algunos, como parte de una sola línea y una sola corriente de pensamiento.

Y pues sí, confiemos en que estos cambios sean para mejorar lo que mal hicimos todos, gobiernos y sociedad y que no haya ninguna intentona de un Obradorato que, sin duda, tendría reprobación de todos.

Bueno, este asunto ya lo hemos vivido con varios ex mandatarios que niegan prolongar su mandato. Pero quizá ninguno como el multicitado General Porfirio Díaz Mori: “Es un error suponer que el porvenir de la democracia de México se haya puesto en peligro por la continua y larga permanencia de un presidente en el poder. Por mí, puedo decirlo con toda sinceridad, el ya largo período de la presidencia no ha corrompido mis ideales políticos, sino antes bien, he logrado convencerme más y más de que la democracia es el único principio de gobierno, justo y verdadero; Aunque en la práctica es sólo posible para los pueblos ya desarrollados”.

+ 74 horas sin AMLO… Apuntan las malas lenguas que fueron decisivas para que el gran elector definiera sus dudas sobre en quién dejar la batuta del proyecto transexenal. Y aunque todo pareciera ser obvio, hay revuelta interna entre los morenistas por interpretarlo. El problema es que la decisión es incuestionable.

+ Guerrero; alto riesgo para la transición del 2024… Si al peñanietismo le estalló Iguala y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue uno de los factores para la derrota del PRI y la tragedia que le acompañara hasta su muerte al ex presidente, no descarten que la crisis de ingobernabilidad y violencia en Guerrero le cobre la factura a Morena en las próximas elecciones. Y es que si bien la concentración está en Tamaulipas por el despliegue del CJNG, en el sur la Familia Michoacana tendría dominados a alcaldes y policías que tuvieron en bloqueo masivo toda la región calentana. Si el gobierno federal sigue omiso y abandonado a Guerrero, cuidado, un polvorín puede cambiar la ruta de cualquier escenario político nacional.

+ Media 20.1 de aniversario…  Nos unimos a las felicitaciones a Gabriel Sosa Plata por el aniversario del programa de análisis de medios en TV UNAM. En hora buena y que sigan los programas de alto contenido de calidad.

Contacto: feleon_2000@yahoo.com