Ecos de Mi Onda

Frente a la Rutina

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Desde el nacimiento hasta la muerte, de lunes a lunes, de la mañana a la noche, todas las actividades están rutinizadas y prefabricadas. (El Arte de Amar, 1956)
Erich Fromm (1900–1980) Gran psicoanalista y filósofo alemán.

Reconozco a la rutina,
la importancia de sus actos,
lo vital de sus efectos,
de sus cruciales preceptos,
sin la existencia de pactos.
Licencia a quien la defina.

Variación en los colores,
deleites a la pupila,
que luego volvemos grises.
Al pasar por los matices
se pierde el rojo o el lila,
los pigmentos de las flores.

De los alegres sonidos
hacemos monotonía.
Cuando perdemos aliento
sentimos pesado el viento,
alada melancolía
de sentimientos dormidos.

La ducha por la mañana
con la sorpresa de un lunes
de no aferrarse a la cama,
aún encendida la llama
con oníricos perfumes,
más la realidad nos gana.

Pero aquí tengo un latido
en la mitad de mi pecho,
corazón que sigue vivo
sin firmar ningún recibo.
Puede ser que esté maltrecho,
más no se da por vencido.

La rutina cobra vida,
amanecer cotidiano
con la luz tras la cortina,
luego la luz mortecina,
los días no pasan en vano,
no hay puerta para la huida.

Hay momentos anunciados,
forzados o voluntarios,
que nos llevan al registro
de todo lo que administro
como encargos necesarios,
rutinarios proclamados.

Es el aire que respiro
el que expande mis pulmones
con un ritmo programado,
lo que me hace afortunado.
Así dirán mis pregones
hasta el día de mi retiro.

Desestimo abatimiento
pensándolo de este modo:
al hoy le sigue el mañana,
tal vez no exista una hazaña
durante un largo período,
pero vivo en el momento.

Te saludo si despierto
feliz acto rutinario,
con el asombre, perplejo,
de mirarme en el espejo,
en el mismo itinerario,
sin rumbo hacia el mismo puerto.

Trataré de ser un niño
intentando ser curioso
y quizá un poco travieso.
Me tardaré en el regreso
con el paso un tanto ocioso,

pero…

Haciendo a la vida un guiño.