Con aplausos despiden a Cuauhtémoc Ojeda

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Carlos Olvera

Guanajuato, Gto. 8 de noviembre de 2010.- El maestro Cuauhtémoc  Ojeda Rodríguez fue el último rector del siglo XX y el primero del siglo XXI,  aquél que avizoró  el cambio estructural en la Universidad de Guanajuato, aseguró el rector del Campus Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino.

Otros rectores de la Universidad de Guanajuato realizan la guardia de honor

Por su parte, Bulmaro Valdez Pérez,  en representación del rector general de la universidad de Guanajuato, quien se encuentra fuera del país,  destacó el legado que deja Ojeda Rodríguez para la Universidad, los maestros y la comunidad estudiantil.

La ceremonia de cuerpo presente, inició al medio día con la presencia de Magistrados, legisladores, funcionarios del estado, del municipio y de la universidad, que le dieron el adiós al ex rector universitario con sentidos aplausos.

El féretro rodeado de coronas y arreglos florales fue colocado al centro de  patio del segundo nivel del edificio central. El primero en hablar fue Édgar Enrique Ojeda Mancilla, hijo del maestro, quien agradeció el homenaje “en el corazón de la universidad de Guanajuato”.

Enseguida, el rector del campus Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, hizo una amplia semblanza del maestro Ojeda, desde sus primeros años en la universidad. Narró algunas anécdotas que ilustraron de cuerpo entero la personalidad del ex rector, el compromiso con su profesión y con la universidad y sobre todo la entrega a sus ideales y la solidaridad con sus amigos.

“Desde el 2002, cuando era rector, planteaba la reestructuración que debería tener la universidad de Guanajuato, y subrayaba la necesidad de que la institución se planteara metas más allá de lo que aparentemente eran posibles; él fue un universitario con una formación muy sólida y una idea muy clara del proyecto de la Universidad que queremos en Guanajuato”, recordó Guerrero Agripino.

Mencionó que estuvo con él casi 20 años, 15 de ellos colaborando estrechamente con el maestro Ojeda.

Raquel Barajas Monjarás, titular del Poder Judicial del Estado, y Héctor López Santillana, secretario de Gobierno, encabezaron otra de las guardias de honor

“También tenía muy claro el problema que le aquejaba (cáncer), pero con una gran elocuencia explicaba la situación y planteaba las posibilidades y repercusiones que podía tener; él luchaba día a día para disfrutar la vida que era un regalo que recibía cada mañana que se despertaba”, describió Guerrero.

El féretro fue trasladado a la Basílica de nuestra señora de Guanajuato, donde se le ofreció una misa de cuerpo presente en presencia de familiares y amigos,  y posteriormente fue trasladado al panteón de Santa Paula donde descansarán sus restos, como fue su voluntad.