Literaria

Contradic-torio reco-nocimiento del Marqués de Sade

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Sade, quien gracias a su título nobiliario es hoy en día conocido como “El Marqués de Sade”, ha sido desde su vida adulta hasta la actualidad, cuando ya han pasado más de dos siglos de su muerte, objeto de diversas críticas tanto dirigidas a su estilo de vida como a su estilo de escritura, convirtiéndose en una de las figuras más controvertidas de todos los tiempos.

Sus principales obras y por tanto las más conocidas son: Los crímenes del amor, Aline y Valcour, Justine y los infortunios de la virtud, Juliette o las prosperidades del vicio, Los 120 días de Sodoma y Filosofía del Tocador.

En el mundo literario es conocido por su trabajo en la literatura erótica, es conocido como el primer escritor de este género en la edad moderna, condenado por la sociedad, censurado por la iglesia y múltiplemente criticado y a su vez alabado por sus colegas escritores. Sade representa en sí mismo la controversia.

Si bien este personaje es conocido por llevar una vida llena de excesos, libertinaje, y ser el protagonista de múltiples formas de violencia sexual hacia sus amantes, experiencias que le servirían de fuente para la escritura de sus novelas, diferentes biógrafos del Marqués aseguran que antes de su matrimonio arreglado con Renèe-Pélagie Cordier de Launay de Montreuil, él deseaba casarse por amor con una joven que era de posición socialmente inferior, circunstancias que lo obligaron a seguir el dictamen de su padre y casarse por conveniencia con esta mujer, quien gozaba de una muy buena posición económica, apenas dos días después de conocerla.

El marqués siempre lamentó no haber podido casarse con la mujer que quiso y aunado a esto tuvo una cantidad innumerable de amantes con las que experimentó toda clase de perversiones sexuales, mismas que lo hicieron objeto de múltiples escándalos e incluso de varias estadías en prisiones y hospitales psiquiátricos.

Su obsesión por la crueldad sexual le valdría la inmortalidad en una palabra que comúnmente se utiliza desde 1834 hasta la actualidad, “sadismo”, que describe desde la citada fecha en múltiples diccionarios: la excitación sexual mediante la ejecución de violencia física hacia otro u otros individuos.

Sus novelas han sido material suficiente para los psicólogos, a través de las cuales han podido diagnosticar y definir varias filias y fobias relacionadas siempre con la sexualidad.

Mientras tanto, en el mundo literario Sade no es juzgado en gran medida por sus acciones, filias ni conductas sexuales, sino analizado, criticado y valorado por su obra literaria. Existen los que opinan que tales actos de violencia, sea como sea que estén plasmados en tinta y papel, no pueden ser considerados una obra de arte, éstos son por ejemplo los eclesiásticos, moralistas, víctimas de abusos y la sociedad en general.

Mientras tanto escritores de la altura de Dostoievski, Rimbaud, Apollinaire, Swinburne y George Bataille, han tenido opiniones encontradas sobre su obra pero todas éstas convergen en el punto de que es una forma de escritura nueva, libre en todos los sentidos y aspectos, creativa hasta el límite y digna de ser leída, analizada y respetada por el trabajo artístico que en ella existe.

Sin de ningún modo excusar el comportamiento violento de Sade, estos escritores han sido influidos por él, y ellos fueron partidarios de tratar la obra del Marqués como una creación ficticia que logra el lenguaje y no como relatos autobiográficos.

La diversidad de opiniones sobre este personaje sin duda seguirá proliferando a lo largo de la historia, sin embargo, sea cual sea la opinión que el lector ejerza sobre sus piezas literarias, es un hecho que seguirá siendo una figura inmortal, pues se seguirá hablando de él y su obra, gracias a su ruptura de esquemas.