Literaria

La desaparición del tiempo secuencial en Virginia Woolf

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Virginia Woolf (Foto: Especial)

Virginia Woolf, escritora británica, prolífica y exitosa del siglo XX es considerada una de las más grandes exponentes del modernismo literario, su vida fue desde un inicio complicada, pues su familia estaba conformada por hijos de tres matrimonios distintos; ya que sus padres eran mutuamente viudos antes de casarse, por lo que vivió rodeada de medios hermanos y no con todos consiguió tener una buena relación. Dadas la emotividad y referencias veladas hacia incomodidades de sus ensayos y novelas, mucho críticos han llegado a pensar que sufrió maltrato o abuso por parte de sus medios hermanos con quienes vivió mucho tiempo; sin embargo jamás nadie ha podido probar dichas suposiciones.

La existencia de esta afamada escritora no fue para nada sencilla, pues sufría de drásticos cambios de humor, depresiones y demás trastornos emocionales que le dificultaban sus relaciones familiares y sociales, sin embargo esta situación la dotó de inspiración literaria, pues canalizó su estupenda creatividad hacia esta manifestación estética.

En 1905, a sus 23 años, fue cuando Virginia comenzó a escribir de manera profesional en una revista londinense llamada: Times Literary Supplement, aquí sus escritos eran de corte periodístico, pero no fue sino hasta el año de 1915 cuando publicó su primera novela titulada: Fin de Viaje; con la que ya imprime muestras de atrevimiento y creatividad fuera de la literatura común hasta sus días.

La atención de la crítica y el merecido reconocimiento lo obtiene pocos años después; a través de la publicación de las novelas: La señora Dalloway y Al faro, novelas en las que muestra una impresionante habilidad para describir el tiempo transcurrido no en la historia de manera secuencial, sino en el fluir de la conciencia de cada uno de sus personajes, esto hace que Woolf caracterizara su obra con un estilo distinto de narración, pues no se enfocaba en la secuencia de momentos sino en el actuar del pensamiento, la conciencia y la emotividad del personaje.

Se dice por la crítica que este estilo de escritura tuvo algunas influencias de Marcel Proust y James Joyce, sin embargo Virginia Woolf marca una diferencia sustancial que compone un nuevo estilo de escritura lleno de originalidad, dando al lector una posibilidad distinta de enfrentar una narración.

En los años setenta, la obra de Woolf es analizada con perspectiva de género por el movimiento feminista, quienes la adoptan como un ícono de su movimiento, por lo que su fama y prestigio aumentan ahora desde otro punto de vista.

El hecho de deleitar la mente con escritos tan creativos e inteligentes como los de Woolf, son una oportunidad de acercarnos a la estética literaria que como lectores no podemos dejar pasar.