El Laberinto

Bienvenido Enero

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Otro año comienza y llega este mes tan tremendamente temido o esperado por todos, “el lunes del año”, “la cruda de diciembre” o el “mes de la cuesta”. Esta serie de sobrenombres, que resulta poco halagadora, tiene una característica muy interesante y es que todos apelan al resto de los meses para explicar a este. Enero es pues solo el patito feo comparado con el brillante e intenso diciembre, del cual como presidente entrante, hereda todos los problemas que el otro dejó sobre alfileres y pasó por alto.

Las últimas dos semanas de diciembre son, por llamarlo de algún modo, un inmenso “rito de paso” este tipo de ritos se caracteriza por tener un estado inicial, que en este caso sería el año que corrió con toda su rutina de trabajo, gastos, comidas y circunstancias que se abandonan el 24 de diciembre con bombo y platillo gastando, desvelándonos y haciendo cosas extraordinarias para dar lugar a una serie de días raritos y medio deformes que en la profesión conocemos como periodo liminal y que se prolongan hasta el día 31 donde nos despedimos de todo y nos deseamos lo mejor para este nuevo ciclo.

Empezar siempre cuesta trabajo. Los romanos identificaban a este mes con Jano, el dios de las puertas cuyo doble rostro mira hacia el porvenir y hacia el pasado en un estado entre la incertidumbre, la expectación y el miedo que si le sumamos la factura de kilitos extra, deudas, aumentos y desveladas es bastante motivo para sentir congoja durante unos buenos días, pero si siente que lo vence la angustia piense que podría ser peor… podríamos seguir estando en 2013.