El río de las letras

Hasta que un día

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Me voy a quedar aquí, aquí y ahora donde solo está mi desordenada habitación, donde la luz entra tenue por la ventana y las paredes a pesar de tener color se miran como grises y altas cartulinas. Me quedo aquí, en donde solo se oye el rumor de la ciudad y me encuentro conmigo misma, acostada en las revueltas sábanas sin máscaras ni pretensiones, con la pijama puesta y el cabello rebelde, con las ojeras producidas por el cansancio de la rutina…con todo reflejando el pasado y todo impuesto hacía el futuro pero estoy aquí y ahora, conmigo misma y nadie más.

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Eso ha de ser el tiempo, dejar de encajar donde antes encajabas tan bien.

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Me dijeron muchas personas, muchas veces…pasará con el tiempo y ha pasado el tiempo, ha pasado la vida, han pasado las oportunidades, todo ha pasado…todo menos tú.

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Parece que vivo en un sueño infinito. Por las mañanas me levanto y sé lo que pasará a continuación. La rutina no me da seguridad, más bien me mata de aburrimiento ¿Qué espacio se tiene para soñar? La noche ya no es suficiente. Quiero soñar todo el tiempo…contigo de preferencia.

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Quizá alguno de estos días necesite algo de ti. No sé si tu recuerdo o tus brazos, tu boca o tus manos…no lo sé. Pero al menos hoy puedo andar por la vida yo sola, con el pelo revuelto y la mirada como siempre mirando al viento, con mis libros, mi cuaderno y mis letras donde te escribo mucho para olvidarte pronto.

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Y entonces ahí estas…tú y el destino sentados en la misma mesa tomándose un café a mis espaldas. Y quizá solo intento decir lo agradable de toparse con los pensamientos y lo increíble de atraer personas con el puro recuerdo…

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Y quizás nunca tendremos un final feliz para que nuestra historia nunca se termine.