El Laberinto

Que alguien piense en los niños

Compartir

Charles Dickens (1812-1870), tal vez por haber vivido en carne propia una cruel infancia, dedicó lo mejor de su obra a hablar de las penurias que pasaban los niños en la época victoriana que se caracterizó por su rápido crecimiento industrial y su fuerte tragedia humana.

En sus páginas podemos encontrarlos como mano de obra mal pagada, como huérfanos maltratados a los que marca la indiferencia del resto de la gente, como dudosos sujetos jurídicos, como lacras sin futuro y como depósito de las frustraciones y de los anhelos de los adultos; el autor utilizaba a los niños, independientemente de si su fin es alegre o triste, como el reflejo de la descomposición de la Inglaterra en la que él vivió, porque finalmente los niños son la parte más vulnerable de cualquier sociedad y es que las cadenas siempre se rompen por su eslabón más débil.

Lo más triste de esta historia es que a poco más de cien años del natalicio de Dickens el mundo parece no haber cambiado más que en la forma, pues en realidad sigue comiéndose a sus niños y con esto a su futuro en general. Ultimamente han aparecido en las noticias historias relacionadas con el sufrimiento infantil ya sea en forma de los migrantes centroamericanos, los niños del albergue de Pátzcuaro o los niños de Palestina.

Lo escandaloso no es que maltraten a los niños cuando atraviesan el país sino las circunstancias que hicieron que estos abandonaran sus países de origen, lo grave no es que los niños a cargo de “Mamá Rosa” hayan vivido entre basura y vejaciones sino el hecho de que hubiese casi quinientos niños en ese lugar sea por la razón que sea, lo indignante no es que los niños estén quedando huérfanos, mutilados o muertos en Palestina sino que se siga permitiendo que los israelitas bombardeen sin tregua a sus vecinos, lo jodido de todos como sociedad es que tengamos que ver a los niños sufriendo para conmovernos por una realidad que de alguna u otra manera nos afecta a todos independientemente de nuestra edad.

La infancia no dura para siempre, estos niños y muchos más de los que ni siquiera tenemos idea de las cosas que están viviendo, algún día serán adultos enfermos, pobres, mutilados y resentidos y en sus manos estará el mundo, por humanidad pensemos en los niños.