El Laberinto

El pacto universitario

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(Foto: Especial)
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Lamento empezar mi laberinto con una mala noticia: si los universitarios están en problemas, el país entero lo está, aunque no tenga hijos, aunque nunca haya pisado el Politécnico o la Normal, aunque usted no lo crea, esto también le concierne.

No es solo que las ciudades se infarten con las marchas, o que inocentes futbolistas mueran en tiroteos, o la negra historia del 68, el problema recae en que se trata de instituciones públicas.

¿Qué distingue a una universidad pública de una privada? Además del tipo de autos que podemos encontrar en los estacionamientos, de las instalaciones o de los programas, lo que verdaderamente hace la diferencia es su razón de existir, aquello que justifica que, a diferencia de las privadas, el costo salga de los bolsillos de todos y no solo de la familia del alumno en cuestión.

La justificación la encontramos en necesidades concretas en momentos históricos concretos, en el caso de la Escuela Normal surge como respuesta a una Revolución que buscaba disminuir la desigualdad social a través de la educación y en el del Politécnico, como ayuda a la pujante industrialización que vivió el país durante la Segunda Guerra Mundial, resumiendo, que pagamos por que haya maestros para brindarle a todos la promesa de un futuro mejor e ingenieros para que haya trabajo y dinero, al obtener el beneficio de la preparación los alumnos adquieren el compromiso de servir a los demás.

La cuestión es que el compromiso no puede ser unilateral, los graduados por sí solos no pueden resolver los problemas de un país, no pueden cumplir las promesas que le hace un gobierno a su población si este no cumple con su parte del trato, simplemente: ¿para qué sirve un maestro en una escuela precaria o un ingeniero sin industrias nacionales? Solo puede servir para dos cosas, para buscarse la vida en el sector privado o para ser el chivo expiatorio en el sector público.

No es casualidad que en México vivamos entre tanta desigualdad y desempleo (o malempleo, que es horrible también) y que a su vez se presenten estas luchas estudiantiles, como usted podrá notar, todos tenemos un gran problema y no son los estudiantes.