Histomagia

Más de la Ciudad Mágica

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Carretera a GuanajuatoGuanajuato tiene una afluencia turística que llega, ya sea por aire o por tierra, a conocer de cerca las leyendas y relatos que le han dado el nombre de Ciudad mágica, cubierta con aire de misterio a cada paso que das por sus calles, callejones y plazas.

Una de las principales carreteras que pasan cerca de Guanajuato es la Panamericana, que es parte del llamado Corredor Industrial que comunica de manera más rápida las ciudades de la región: Silao, León, Irapuato y Guanajuato.

Sabemos, por vox populi, que estas vías son una fuente inagotable de historias de aparecidos y fantasmas. Incluso entre amigos escuchas relatos inverosímiles en donde las experiencias de los protagonistas rebasan por mucho las expectativas de lo que piensas escucharás.

No das seguimiento como detective, porque parece que son momentos en que las diversas dimensiones se tocan y hacen posible o imposible: sentir, ver, escuchar, como si fuera real lo que no es. Muchos hablan de que es un don, que no cualquiera vive estas historias donde los fantasmas existen y conviven contigo. Aun así, lo increíble sucede: ves a los fantasmas como si fueran personas normales, no accidentadas, ni ensangrentadas; las escuchas, las tocas, platicas con ellas y lo vives como lo parte de la cotidianidad de la vida.

Cuántas veces hemos escuchado relatos que hablan de que cuando van solos en sus carros por la autopista, pasan por donde hay cruces que dan cuenta de los lugares en donde han sucedido accidentes fatales, y de repente sienten que van acompañados en su auto, sin querer verificar por el retrovisor si en verdad “alguien” los acompaña. Generalmente estas almas se “suben” para poder llegar, ya sea a su destino donde murieron o al lugar en donde comenzó su tragedia o a sus casas para completar su anhelo no cumplido en vida de llegar con bien a su hogar. Se han escuchado relatos de que esto les ha pasado a los Federales de caminos, estas personas que se encargan de que viajemos seguros en las autopistas de todo el país.

También algunos ven sombras que cruzan las carreteras, personas recargadas en los puentes dando pie a la confirmación que son las almas de los muertitos enterrados en las bases de los mismos puentes como tributo al maligno dado por la constructora en turno, para poder terminar la obra. También se ven entes que te acompañan en la carretera, que van a la par del conductor, que incluso corren ellos a velocidad en que van o a veces más rápido que ellos, mostrando su horrible rostro al verlos fijamente.

Otras de las historias recurrentes es esa en donde, por la premura de su salida, pasan a alguna de las “cachimbas”, especie de fondas, paraderos o pequeños restaurantes que están a lo largo de las carreteras para dar servicio a la diversidad de conductores que necesitan muchas de las veces parar para comer algo, usar los servicios básicos o el teléfono para una emergencia, paran en ellas y de regreso quieren volver a pasar y ¡oh sorpresa!: sólo queda el lugar abandonado, en ruinas o de plano no hay absolutamente nada en ese kilómetro. Nada.

No si la vida después de la muerte en la carretera es un misterio que no se ha revelado, que sólo ha mostrado una parte de la magia que se puede vivir aquí. Pero no me creas, ven, lee y anda Guanajuato.