El Laberinto

Nacer

Compartir
(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Tal vez los hindús tienen razón cuando consideran que nacemos muchas veces, aunque yo creo que esto no ocurre en un nuevo cuerpo en cada ocasión sino que sucede de forma simbólica a través de la gente que nos rodea.

Después de nuestra aparición biológica en el mundo comenzamos a figurar en el mundo adulto al que nuestros progenitores pertenecen, y lo transformamos, otorgándole nuevas etiquetas a todos, naciendo con nosotros padres, hermanos, tíos y abuelos, por mencionar solo algunos.

Conforme vamos creciendo nuevas personas van apareciendo y nacen para nosotros al mismo tiempo que nosotros nacemos para ellos, amigos, parejas, alumnos, vecinos, compañeros de trabajo, enemigos o simples conocidos y tal vez cuando el contacto termina, de alguna forma, morimos para ellos.

Cada cambio de condición es un renacer, cada ciclo cerrado es una pequeña muerte, solo somos uno y existen condiciones que se excluyen, no podemos ser al mismo tiempo solteros y casados, niños y adultos o estudiantes y graduados, debemos forzosamente abandonar un lugar para poder ocupar el nuevo.

Ni cuando acaba nuestra existencia material dejamos de nacer, porque también de salida dejamos nuevos papeles para todos y porque cada vez que nuevas generaciones saben de nosotros volvemos a figurar en sus vidas de nuevas maneras, no solo con la gente famosa que al morir es revalorizada y vuelta a poner en circulación, si no para todos, por más comunes e insignificantes que creamos que somos.

Metafóricamente las reencarnaciones tienen mucho sentido, tenemos muchas vidas, oportunidades y adoptamos diversas formas, pero por si acaso hay algo mas después de este mundo, yo quiero ser un gato gordo y consentido.