Histomagia

Una Escuela Normal…

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LEE Y ANDA GUANAJUATO. Histomagia. 

Narrativa y ficción de Guanajuato.

La vida en Guanajuato es tan tranquila aún ahora y pese a la vorágine que representan los estudiantes universitarios al reintegrarse cada fin de semana.  Es tan gratificante ver que la ciudad se llena de apoco con la algarabía de todos los jóvenes que, sin querer, inyectan de vida a esta mágica ciudad.

De miedo (Foto: IGETEO)
De miedo (Foto: IGETEO)

Muchos ayeres ha, que Guanajuato, es uno de los centros económicos más ricos del país, por ello siempre fue atractivo en su arquitectura, sobre todo en el ahora Paseo de la Presa, ya que en tiempos pasados, era el paraíso para muchos de los ricos de la región, pues sus casas de campo las construían ahí con el afán de ver pasar el tiempo entre las arboledas y cerros que todavía están resguardando la ciudad.

El jueves fui a una de esas casas de campo en otrora tiempo, y que ahora es la Escuela Normal. Me cuenta mi amiga Nanuz, que el edificio que alberga ahora la Normal, fue propiedad de la Srita. Antonia del Moral, y que ella vivió hasta muy entrada en años ahí. Mi amiga me narra que desde muy chica ha vivido muchas de las experiencias sobrenaturales de las que se habla suceden en esa casona, dado que su padre fue Director de la Escuela y muchos años ella los pasó creciendo en esos espacios tan, a veces, desolados. Por ejemplo, uno de los lugares que más miedo le da es el Salón de Baile, dice que siente como si espíritus estuvieran ahí esperando agazapados el momento de manifestársele sólo a ella y que por nada del mundo ahora entraría en ese espacio.

Me cuenta también de cómo una vez, al salir  casi de madrugada después de un evento, su excuñada tuvo que regresar a la oficina de la escuela para recoger su monedero; ella pasa, va y regresa al auto en el que ya la esperaban, y llega contando de cómo al regresar, en pleno portón del edificio, se le acercó un Médico –con bata y todo– a preguntarle sobre si sabía de la Conferencia sobre x tema que se iba a dar ahí; extrañada ella no atinó a que contestarle más que un: “no sé nada al respecto, no puedo informarle” y el Médico le dio las gracias. Es claro que dadas  las circunstancias, es imposible que un evento de tal envergadura se llevara a cabo a esa hora y en ese espacio. En cuanto terminó de contar lo acontecido,  todos en el carro se le quedaron viendo y le dicen que ahí no hay Doctores, que sí, efectivamente, hace muchos años fue un Hospital, pero que no es posible que un médico esté en ese horario ahí. Lo que sí es que por todo lo que ha albergado esa construcción, a veces quedan ecos y espíritus habitando la casa, en espera de poder trascender, ya sea de regreso a esta dimensión o de plano irse a otra. La excuñada, muerta de miedo, no daba crédito a lo que le decían, y por la presión comenzó a llorar de la impresión, del darse cuenta que había hablado con un espíritu, con un ser que no es de este mundo.

Tal vez este edificio en verdad resguarde espíritus y muchos seres que conviven aún desde tiempos lejanos ahí en espera del propio tiempo que es a fin de cuentas su propia existencia, incluso los vivos, ya acostumbrados a estos menesteres, dan Recorridos de terror en tiempos de Muertos (2 de noviembre) y cuentan muchas más historias de esa Casona de Campo. Conócelas. Ven, lee y anda Guanajuato.