Candil de la Calle

#Yoganopoquito

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(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

No hay vuelta de hoja: los ingresos promedio de los guanajuatenses están a años luz de acercarse siquiera a los ceros situados a la derecha de la cifra que el diputado local del PAN Juan Carlos Muñoz Márquez percibe en calidad de “dieta” por ocupar su curul en el Congreso del Estado… y eso lo tiene sin cuidado.

Una dieta rica en grasas, por lo visto.

Como legislador, Juan Carlos Muñoz es más bien un exitoso empresario del ramo del transporte. Dejó bien presentadas sus cartas credenciales en el periodo que cumplió como diputado federal en la Legislatura pasada, cuando Luis Alberto Villarreal fue el coordinador del grupo parlamentario blanquiazul.

Un estudio del Instituto Mexicano de Competitividad y Transparencia Mexicana que les fue encargado a tres investigadores de la Universidad de Harvard al final de la legislatura pasada, en junio de 2015, reveló el estándar de calidad que Muñoz Márquez le puso a su paso por San Lázaro: quedó en el sótano en desempeño legislativo, ubicado en el lugar 485 de 500 ocupantes de las curules federales.

Este fue el desglose del desempeño de Muñoz, ahora ocupado, dice él, en desquitar con harto trabajo lo poquito que gana en el Palacio Legislativo de Guanajuato: cero en auditoría y transparencia; 0.21 en activismo legislativo; 0.11 en debate parlamentario y 0.17 en asistencia.

Ni al 1 de calificación llegó, y fue el integrante de la bancada guanajuatense que se quedó en el sótano de la evaluación.

Así de chambeador y productivo.

Pero este no es la única anotación peculiar —por decir lo menos— en el expediente de Juan Carlos Muñoz, quien para más señas, arrancó con el pie derecho la transición del empresariado a la alta burocracia, acompañando al ex gobernador Juan Manuel Oliva en el polémico proyecto del Parque Bicentenario, para el que la adquisición de terrenos y la construcción posterior se orquestó una opacidad disfrazada de fideicomiso que presidió… sí, Juan Carlos Muñoz.

Como diputado federal, se encumbró en la fama del mundillo de los escándalos políticos, solidario con su entonces coordinador de bancada Luis Alberto Villarreal, al que acompañó (según lo corroboró un video) en una fiesta con todo y bailarinas exóticas en una villa alquilada para un encuentro de legisladores del PAN en Vallarta.

Todos estos antecedentes son dignos de tomarse en cuenta hoy más que nunca, a raíz del intercambio de palabras que el diputado tuvo con un joven integrante de una asociación civil por la transparencia en León, un habitante del distrito 7, del que es representante Muñoz Márquez.

A la propuesta de bajarse a la mitad la dieta que recibe como diputado, la reacción del representante de este ciudadano en el Congreso local no pudo ser más típica y, apelando al lenguaje del mundo digital, no pudo ser más viral, porque así se conoció y se expandió por todas las redes gracias a un video filmado que registró el momento:

“Yo siento que gano poquito”.

Luego, vino el desgarramiento de vestiduras y el momento culminante en el que, cual Niño Héroe, el diputado leonés se envolvió figurativamente en la Bandera Nacional y se lanzó al vacío, dolido —según sus palabras— porque en realidad ha tenido que renunciar a un trabajo donde ganaba más, mucho más.

Todo lo ha hecho como un sacrificio de tres o seis años por su querido León, al que tanto debe.

¿De haber sabido que el empresario sufriría tanto por haber dejado el sueldazo como mandamás de su empresa para recibir los miserables 172 mil pesos de dieta mensual que le tocan por su curul (lo de trabajar mucho es dudoso dados sus antecedentes) lo habría usted colocado en tan difícil posición al votar por él?

Pregunto.