El Laberinto

Invisible

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(Foto: Especial)
(Foto: Especial)

Se dice que podemos ver nuestra nariz todo el tiempo pero que nuestro cerebro omite la imagen por considerarlo innecesario y es que, la cantidad de estímulos que recibimos a cada segundo son imposibles de asimilar, así es como funcionan los trucos de magia, las ilusiones ópticas y los robos sin violencia por mencionar algunos.

A nivel social, también solemos elegir lo que vemos o restarle importancia  basándonos en  diversos criterios como son la normalización, la indiferencia  y la autoprotección. A este proceso se le llama invisibilizazón

Tomando en cuenta que en cuestiones sociales no existe nada normal, pues todo depende del tiempo y el espacio, la normalización consiste considerar como inevitable, común o regular algún fenómeno que no lo es, aceptándolo por ese solo hecho. No alarmarse por los perros callejeros considerando que “así son las cosas” es un ejemplo.

La indiferencia, por su parte es saber, en teoría, que algo está mal pero considerar que no es motivo para alarmarnos ya sea porque no nos afecta o que simplemente hemos decidido que no nos importa. Saber, por ejemplo que el que los perros estén en las calles es incorrecto pero escudarnos en que ni siquiera nos agradan o en que no son agresivos son formas de indiferencia.

En tercer lugar, la autoprotección seria saber que algo, además de ser una injusticia, nos afecta  de alguna forma pero que no estamos dispuestos a hacer algo o suponemos que somos incapaces de hacerlo. Ver al perro en la calle, sufrir por ello pero voltearse cuando va a cruzar la calle corriendo para no ver como lo aplasta un auto.

Lo que tienen todos en común es que cierran la oportunidad de transformar la realidad y amparan a quienes son causantes de lo que hemos decidido no ver, pues les resta culpa y los deja en la obscuridad para operar como deseen y deja a los afectados desamparados y a todos expuestos.

Tal vez no ver nuestra nariz no tenga consecuencias, pero no querer ver los problemas de nuestro entorno puede llegar a ser muy peligroso.