Desde el Faro

El sol saldrá de nuevo…siempre lo hace

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Al leer lo que escribe DELIA ROMERO MARTINEZ, comerciante de artesanías del Mercado Hidalgo, uno recuerda algo esencial: el sol siempre vuelve a salir. Durante la cuarentena, ella tuvo que cerrar su puesto, y en su casa, 3 veces la visitaron los amigos de lo ajeno, pero Delia, hizo otra vez el eterno milagro de salir adelante, prácticamente de la nada.

Aquí está su texto, disfrútenlo:
Comenzar una nueva etapa en casa no es fácil para una comerciante.
Acostumbrada al ajetreo diario, de levantarse temprano, a los amigos, al bullicio de un Mercado, a los gritos de los pregoneros ofertando sus productos, al ruido de las cortadoras en las carnicerías al trozar los huesos de tuétano o el tac tac al aplastar el bistec de la semana.
Los ruidos de las máquinas chokomileras, los exquisitos aromas de frutas y verduras recién cortadas, los saludos de nuestros marchantes que a diario nos visitan, el correr de los chiquillos al volver de clases, los rostros de alegría de todos los amigos y familiares que se encuentran en los pasillos de nuestro centro de trabajo.
Y cómo no decirlo, al centro y antes de todo, ver la imagen de nuestra Patrona de Guanajuato y comenzar el día con su bendición.
¡Cómo no extrañar, mi Mercado Hidalgo!
Al llegar a la paz y tranquilidad de mi casa, era solo a dormir
La cuarentena me cambió al igual que a muchos, el ciclo biológico.
La falta de perder energía, comenzó a no dejarme dormir.
Fueron tiempos de cambio fuertes, de aceptar que no había más. ¡Que está situación de emergencia, era larga y complicada!
Y más aún al regresar retomar nuevamente nuestros trabajos no será nada, pero nada fácil.
Y entre insomnios y sueños guajiros, comenzamos a soñar cómo nos visualizamos en casa.
1.- No veo tv ( gran impedimento si quería recortar el tiempo)
2.- Me encanta leer… Sí pero después de gastar energías.
3.- La comida y los recursos monetarios que había en casa, eran pocos por la cuesta de principios de año
4.- Los dolores de cabeza, la ansiedad y desesperación comenzaron hacer estragos.
Y con el insomnio, todo era un caos.
No podía seguir así.
Comencé por hacer lo que me gusta y no tenía tiempo de realizar por mis ocupaciones diarias: la cocina.
En una de tantas recetas que recordé, hice tortillas de harina.
Aclaro, nací en Zacatecas, viví un tiempo en Chihuahua y en Hidalgo, lugares donde la comida, según cada región, es muy vasta y diferente.
A través de los guisados, mezclé las regiones donde viví. Las recetas las combiné con tortillas de harina, como se acostumbra en el norte.
Le invité tortillas a una amiga vecina y quedó encantada.
–¿Porqué no vendes?, dijo…
–¿Yo?…
Eres comerciante, ¿o no?
No se diga más, les mandé la prueba a más vecinas, mis tortillas duraron lo que tardé en entregarlas.
Se hicieron tiesas como un chicharrón.
Ellas (mis amigas vecinas) me alentaron a seguir.
¡Me gustan mucho!, decía cada una.
Lo hacían por animarme, lo sé.
Total pensé en descartar la idea, pero insistí….
Abro las redes y comienzo con una publicación, difundiendo las tortillas de harina; éxito rotundo.
Comenzaron los pedidos uno tras otro.
Tuve que contratar 3 repartidores, 2 panaderos y una persona que me ayudara en el comal, otra a despachar y cobrar, yo preparaba la masa madre.
De la noche a la mañana aquello se convirtió en una microempresa.
Pero algo estaba fallando…
El producto era muy barato, tenía que darles de comer a los trabajadores, pagar gasolina de las motocicletas, comprar la materia prima y pagar nóminas.
A pesar de ser buena la venta, ni quedaba nada y lo peor, que la poca despensa cada vez iba en decremento
Volví al principio, me quedé solo con la ayuda de una amiga y mi hija que cobraba. Hacíamos menos, no podíamos cumplir tantos pedidos. Pero aún con todo esto la ganancia era mejor
EL SABOR DE MAMA
Ahora el sabor lo volví a rescatar, mi madre por vídeo supervisaba los pasos y me decía qué mejorar.
¡Sí pude y lo logré!
Las tortillas son un éxito pequeño, pero con mucho amor familiar.
Empezamos antes de aclarar el día. Le ganamos al sol. A las 5 de la mañana comenzamos.
Los vecinos llegan por ellas muy temprano para desayunar.
A la hora de la comida, son un manjar.
Están calentitas y les gustan.
Para nosotros es una bendición y una forma de tener recursos económicos, para los alimentos del día
A pesar de la adversidad, a pesar que en esta pandemia y en nuestra propia casa, fuimos víctimas de inseguridad en 3 ocasiones distintas, por la delincuencia.
A pesar de todo, la vida es bella…
Sí se pudo y para mí es una gran bendición que viene de Dios.
Todos los días agradezco por tantas bendiciones, y pongo mi granito de arena, ayudando desde casa a los compañeros comerciantes de mi Mercado, y a personas que lo necesitan, vinculando sus peticiones con la sociedad y el gobierno.
La solidaridad volvió a renacer, todos necesitamos de todos.
Es difícil, más no imposible!
Me quedo en casa, pero desde aquí trabajo diariamente atendiendo los asuntos en que puedo ayudar a mi Mercado y a mi gente, de mi querido Guanajuato.
Gracias amigo por la invitación a escribir.
No sabes, es lo que más me gusta y sin tantas cosas que suelo no poner y que tengo que agradecer
Sobre todo a mi familia a la que amo y me apoya en mis locos proyectos, que los llamo: Mis Aventuras, de Doña Delia.