El Laberinto

29 de febrero

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Un suceso de cada cuatro años: febrero, el mes más corto de todos logra tener un día más que de ordinario gracias a una suma de horas sobrantes de los años anteriores, ¿se imaginan qué rico debe ser el poder recuperar de vez en cuando y por pura convención nuestro tiempo perdido? Tome señor aquí tiene, para usarlas en lo que le plazca, todas las horas que estuvo formado en este año, mal no suena, más que debería ser festivo el día, que despropósito usar un día excepcional para trabajar.

Pero en vez de disfrutarlo y como somos expertos los humanos, a pesar de su previsibilidad por ser peródico nos sigue provocando errores y dudas, ver esa fecha destinada a algún evento futuro siempre me provoca la sensación de que debe ser una broma, cómo algo que está destinado a no pasar y que sin embargo, pasa.

En el trabajo tuvimos un debate sobre qué día depositarían la quincena y el pronóstico más pesimista era que hasta el quince de marzo, en redes sociales se plantean la crucial cuestión de si en sus recuerdos del año que viene saldrá lo que posteen hoy o si tendrán que esperar a que sea bisiesto de nuevo, yo, por mi parte me puse a pensar que seguramente alguien presumirá como logro el que haya bajado el crimen en este mes, aunque solo sea por que hubo menos tiempo para llevarlo a cabo y que entonces alguien mas le refutará maliciosamente que aumentó con respecto al mismo mes del año pasado, aunque todos sepamos que es es por que tuvieron un día más para hacerlo. Al amanecer lo primero que hice fue ver si mi reloj pasaría al veintinueve o al primero.

Y pues está marcando el día primero, siendo prueba de que una de las formas más eficientes de equivocarse es seguir haciendo lo que, hasta ese momento, estaba bien aún cuando las circunstancias cambiaron, como aquellos primeros días del año en que tercamente seguimos poniendo la fecha con el día anterior o todos esos formatos y programaciones que quedaron completamente obsoletas cuando las fechas pasaron de comenzar con el número uno para hacerlo con el dos.

Yo si que disfruté mi día bisiesto oyendo música y escribiendo este laberinto.