Estas fechas me recuerdan y … sí sé por qué a aquella canción setentera de Joan Manuel Serrat, La fiesta. Y es que para los guanajuatenses este mes es de fiesta como muchos otros, pero estas son las fiestas tradicionales de la ciudad: las de San Juan y Presa de la Olla, donde se arma la comilona y el exceso de bebidas esperando el torrencial aguacero que limpie los callejones y calles de toda mala vibra y malos humos que dejamos tirados por doquier los cuevanenses y gente que nos acompaña, porque no entendemos que debemos tener nuestra ciudad y cualquier otra siempre lo más limpio posible, solo hay que recorrer los callejones después de las famosas callejoneadas o de los días de fiesta y ¡Ay canijo! no hay muerto que no despierte con semejantes aromas. Así pues a disfrutar nuestras fiestas y dejar limpia la casa, que como ya dijeron: esto ya huele ¡a fiesta!
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Que la ciudad ya huele a fiesta
habrá bebida y fritanga
el olor que más molesta
es después de la pachanga.