Candil de la Calle

Otro que se va

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Los políticos tímidos e interesados se preocupan mucho más de la seguridad de sus puestos que de la seguridad de su país.

Tomas Macaulay

En realidad el título de la columna podría aplicarse sin problemas a dos personajes que en el arranque de la semana han dejado, por distintas razones, el servicio público: Francisco Salazar Soni, ahora ex Secretario de Seguridad Pública de León, y Fausto Alzati Araiza, quien fungía desde el 2013 y hasta hace unas horas, como director de Televisión Educativa de la Secretaría de Educación Pública, la SEP.

Por los antecedentes y por la forma en que se desencadenó su despido fulminante, habré de ocuparme primero de Alzati Araiza, paisano guanajuatense cuyo paso por la Secretaría de Educación Pública ha sido por demás infortunado… dos veces.

Sí. Es cosa de acordarse de que Fausto Alzati en algún momento de la administración pública federal fue director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y que al arrancar su sexenio, Ernesto Zedillo lo designó Secretario de Educación.

Pero nos tardamos en enterarnos de que Alzati en realidad no tenía los títulos profesionales de los que presumía con singular alegría (el ego seguramente sí le alcanzaba para ostentar un doctorado inexistente) que Zedillo en removerlo de su cargo.

Con todo y eso, el locuaz Vicente Fox lo reclutó (o Alzati lo embaucó, pues) como el pensador que lo llevaría al Guanajuato del siglo XXI y le auspició la fundación Lucas Alamán en Guanajuato capital, de la que ya casi nadie se acuerda.

La reciente reaparición del guanajuatense en la vida pública nacional no pudo ser más espectacular. Como titular de la Televisión Educativa del gobierno federal, acudió a encabezar la inauguración de una exposición en la que fue leído un poema de Aurora Reyes (un poema de 1948 que fue dedicado al general Cárdenas, quien por si el “doctor” Alzati no lo recuerda, fue presidente de México), lectura que interrumpió colérico tras calificarla como un compló… contra su jefe el presidente en turno Enrique Peña Nieto.

(Aún hay serias dudas sobre si su cólera fue motivada por su exacerbado compromiso con la investidura presidencial, o por algún elíxir subidito de grados GL).

Entonces Fausto Alzati profirió varias “expresiones” que han pasado ya a la posteridad gracias a la siempre oportuna intervención de algún vivo con celular en mano y el modo “video” activado. “Aurora mis huevos”; porras a Peña Nieto e insultos a los expositores (dizque por sentirse engañado), definiciones que defendió en los dos días posteriores a través de su cuenta de Twitter.

Bastó y sobró. Desde este martes, Fausto Alzati ya no es el director de Televisión Educativa de la SEP. No hacen falta héroes, sino mártires, y él se ganó el sacrificio.

La referencia al ex Secretario de Seguridad Pública de León, Francisco Salazar Soni, tendrá que ser tan breve como su paso por el gobierno municipal de Bárbara Botello. Salió de la cátedra de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y seguramente a ella volverá. Los índices de varios delitos en León —como los robos— no solo no bajaron, sino que se incrementaron exponencialmente.

Así lo reconoció ante los poderosos empresarios a quienes todos los gobernantes rinden cuentas periódicamente.

(Quisiera ver al gobernador y a la alcaldesa leonesa reunirse con esa regularidad con grupos ciudadanos, organizaciones civiles o con sus electores, los de a pie).

Cero y van dos secretarios de seguridad, a poco más de la mitad del trienio de Botello Santibáñez y el PRI en su retorno al poder en León.

Dos más que se nos van. Y de qué manera.