El Laberinto

“Y próspero año nuevo”

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(Foto: Especial)

Desde niña siempre he escuchado para estas fechas que todo el mundo repite “Feliz navidad y próspero año nuevo” y desde aquellas lejanas épocas siempre me ha intrigado, no por la feliz navidad que no está a discusión en cuanto a sus significado, si no por la palabra “próspero” que antecede al año nuevo y cuyo significado permanece oculto en una nube de misterio, tal vez porque antes de que rebautizaran al programa de ayuda social Oportunidades como Prospera, solo la usábamos en este contexto y en los juramentos de las bodas “En lo próspero y lo adverso”.

Próspero significa que se desarrolla de forma favorable en el ámbito social o económico, que conlleva felicidad y que se enriquece de manera progresiva; esta última acepción  representa una paradoja para nuestro vocabulario, pues resulta que pasar un año tras otro sin saber a ciencia cierta qué significa esta palabra quiere decir que en ese ámbito por lo menos no estamos prosperando.

Pero fuera de la regañina sobre que debemos enriquecer nuestro vocabulario, desempolvar el diccionario y no permitir que haya palabras domingueras porque las usemos todos los días, sobre lo que trata este primer laberinto del año es sobre dos temas que vienen a cuento con la frase inicial del “próspero año nuevo”: el innovar y el no estancarnos.

Sobre el innovar, empezando con las mismas frases de felicitación que ya están en su mayoría hechas y trilladas debemos pensar que, así como hay cientos de formas para externar nuestros buenos deseos decembrinos, habrá millones de maneras de lograr todo lo que queramos, de caminos por recorrer y de cosas por hacer, no dejemos que lo que los demás escribieron hace mucho tiempo sea la plantilla estrecha a la que nos ajustemos todo el tiempo.

Por otro lado, al igual que cada año pasamos sin saber qué es próspero no hay que dejar que pase el tiempo y que nuestras trabas, problemas y limitaciones sean las mismas siempre, hay que renovarlas, superarlas y crecer con este proceso de aprendizaje permanente que es estar vivo.

Y pues estos dos puntos son mis mejores deseos para este año, a comenzar con todo este 2015, que esperemos sí sea un próspero año nuevo.