Dan el último adiós a las 7 víctimas del rayo

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Guanajuato, Gto. 27 de julio de 2015.- A los pies de los cerros la Giganta y el Gigante, en el panteón  de Santa María de la Cruz, fueron despedidas con música de banda las 7 víctimas del rayo en la comunidad El Terrero.

Acomodaron los 7 féretros en una hilera a las puertas del panteón de Santa María de la Cruz (Foto: Archivo)
Acomodaron los 7 féretros en una hilera a las puertas del panteón de Santa María de la Cruz (Foto: Archivo)

Comenzaron a soltar los cuetes apenas llegaron los 7 ataúdes,  2 cafés y 5 blancos; se oyó el zumbido del ascenso vertiginoso y la explosión  que deja solo una estela de humo grisáceo que se esfuma con el viento de la sierra.

En presencia de prácticamente todo el pueblo – alrededor de 300 personas— los 7 féretros  llegaron cargados por familiares, por amigos, por conocidos del pueblo que toda la vida han vivido juntos  y así han acudido a las fiestas de la iglesia, las bodas o los quince años, que a los sepulcros.

A las puertas del panteón que se acabó de construir en 1963 y que resguarda unos 100 difuntos,  según el personal de Panteones del Gobierno municipal, acomodaron los féretros en una hilera.

“Aquí atendemos un servicio por año”, dijo el empleado del panteón seguro de que este récord de 7 de un jalón, quedará registrado para siempre en la memoria de  los habitantes de la región, “además la gente de aquí es longeva y se muere arriba de los noventa años, cuando es por edad”.

Momentos antes,  a medio día se celebró una misa en el poblado. Se ofició en el patio porque el pequeño templo estaba lleno de ataúdes. Ahí se puso una mesa se le puso un mantel y se habilitaron dos bocinas para que todos escucharan la misa del adiós.

Un joven pariente de los difuntos, se subió al techo del templo para ponerle un alambre a la campana y otro pariente pudiera llamar a Misa.

Llegaron todos, bajaron del cerro las amistades de las casas más alejadas, las jovencitas compañeras de la escuela de Diego Aguilera Ramírez, el mayor de los jovencitos fallecidos, llegaron con su uniforme de la telesecundaria.

Don Felipe Ramírez,  padre de Lina y Ana Cristina Ramírez Calvillo y abuelo de Diego,  Miriam Guadalupe y Marlén,  todos víctimas del rayo, era el más devastado, “es un dolor muy fuerte le pido a Dios que los tenga en su Santo Reino a mis dos hijitas con sus hijitos voy a suplicarles, que no puedo más”,  les dijo a los reporteros que se acercaron preguntar su sentir en esas horas previas al sepulcro.

También inconsolables estaban los familiares de Evelia Aguilera Ramírez y Alfredo Chagoya Aguilera.

El párroco tomó un vaso con agua bendita y los fue a rociar adentro del templo. Al final 4 carrozas acercaron a los muertos 3 mujeres adultas, 4 menores al panteón que estaba detrás de una lomita, unos 2.5 kilómetros, por un camino que bajo dos veces a unas cañadas antes de elevarse de nueva cuenta para llegar a un llano donde está el panteón, prácticamente a los pies de los imponentes cerros que solo compiten en tamaño con el cubilete, que es visible desde esa altura.